Esperar cuatro años para un juicio; tener que revivir hasta el último detalle del momento en el que perdieron a un ser querido; recibir indemnizaciones que consideran irrisorias, o poder encontrarse con la persona que causó la tragedia para reparar y entender. En definitiva, lo que reclaman las víctimas de siniestros de tráfico es que la justicia, más allá de aplicar leyes y códigos, entienda un contexto de duelo, pérdida, dolor, odio, rencor y rabia que trasciende a la sentencia. Todo ello, de la mano de la oenegé Prevención de Accidentes de Tráfico, se ha convertido en un documental que apuesta por una justicia restaurativa y que orilla las causas de la siniestralidad para centrarse en la necesidad de escuchar y acompañar.
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La producción se ha presentado la mañana de este jueves en el cine Texas. El proyecto surge del estudio encargado por esta entidad a la Cátedra de Ética Aplicada de la Universitat Ramon Llull, con la idea de explorar las maneras de maridar la pena de las familias de las víctimas y la culpa de los causantes. Guillem Martí, coordinador del estudio, ha pasado horas charlando con ambas partes y ha llegado a la conclusión de que hay muchas necesidades por atender. Tras el visionado del documental, en el que aparecen no menos de 30 testimonios (voces judiciales y policiales incluidas), ha compartido algunas de sus conclusiones. Como la urgencia de reformar “un sistema penal que no está hecho para atender a las víctimas”. “La justicia restaurativa -ha aseverado- ofrece una respuesta distinta, donde la reparación y el entendimiento mutuo pueden transformar vidas”.
Francesc Torralba, en el documental ‘Justicia restaurativa’
P(A)T
Tal y como relata alguno de los testimonios del documental, Martí señala que no siempre la familia o los amigos “son el entorno adecuado para cubrir estas necesidades”. Siempre con buena intención, se cae en el buenismo, en el minimizar el problema, en la palmadita en la espalda. O incluso en el ademán de rechazo ante tantea reiteración e insistencia. Por no hablar, cosa que también se ha debatido tras el pase, del “estigma de la víctima”. “Siempre eres el hijo, el padre, el hermano o el marido de la persona que murió en un siniestro de tráfico”.
Francesc Torralba, director de la cátedra, sabe lo que es perder a un ser querido. No fue en la carretera. En su caso, su hijo falleció cuando ambos practicaban alpinismo en agosto del 2023, tragedia que ha plasmado en el libro No hay palabras. El profesor no ha podido quedarse al visionado del documental, pero antes sí ha querido dirigirse al público que llenaba la sala. “Tiene mucho valor que las víctimas tomen la palabra, porque su dolor no se compensa con una sentencia. La clave es hacer lo posible para que puedan encontrarse con los victimarios. Ahí encontramos arrepentimiento y una experiencia de lamento. Y una víctima que a menudo está atrapada entre el rencor y el resentimiento”.
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Lucha contra el estigma: “Siempre eres el hijo, el padre, el hermano o el marido de la persona que murió en un siniestro de tráfico”
El documental incluye el testimonio de Walter Brandán, el padre de Hugo, un niño de cinco años atropellado por una moto al salir de su escuela en octubre del 2019. Su caso llegó a lo más alto de la política municipal, hasta el punto de que su fallecimiento fue el origen del programa protegim les escoles, con el que ya se ha pacificado el entorno de más de 200 centros educativos de la capital catalana. La familia terminó perdiendo el juicio al dictaminar el juez que el menor irrumpió en la calzada de manera abrupta. El padre lo cuenta sin rabia, pero sí con pena. No tanto por haber perdido el juicio, que también, sino por la “sensación de soledad”. “Nos hace falta una justicia más empática”, receta.
El testimonio del documental que causó un siniestro de tráfico que terminó en un fallecimiento y que todavía intenta aprender a vivir con ello
P(A)T
Todo lo expuesto en el documental, y en el debate posterior, se recoge de alguna manera en la Guía de buenas prácticas para la atención de las víctimas de siniestros de tráfico y de violencia viaria en las instituciones de Justicia, presentada en noviembre del 2023 y elaborada por P(A)T y la Càtedra Ethos de la URLL. Durante la preparación del documento, en el que también participaron abogados, jueces, psicólogos, emergió la cuestión de los límites de la justicia ordinaria a la hora de dispensar un trato cercano a las víctimas, cosa que abrió el melón de buscar vías de reparación que trasciendan al proceso judicial. Ahí es donde entra la justicia restaurativa, la oportunidad, si así se desea, de abrir un canal de comunicación con el causante de la tragedia.
El documental también da voz a este segundo colectivo. Dos, en concreto. Uno de ellos se durmió al volante, invadió el sentido contrario y chocó frontalmente con otro vehículo. El otros conductor perdió la vida, él dio positivo e ingresó en prisión. “¿Con qué derecho celebro la Navidad o un cumpleaños si sé que hay un niño que ha perdido a su padre?”, comparte. En su caso, participar en charlas de la mano de P(A)T es de las pocas cosas terapéuticas que le permiten superar.
El remordimiento
“¿Con qué derecho celebro la Navidad o un cumpleaños si un niño que ha perdido a su padre?”, comparte el causante de un siniestro
Barcelona es uno de los pocos lugares en los que ya se han empezado a impulsar estos encuentros entre los familiares de víctimas y los causantes de los siniestros que terminaron con la vida de sus seres queridos. El Colegio de la Abogacía de Barcelona empezó a aplicarlo, de la mano de la Guardia Urbana, el año pasado. Pero poco más se ha hecho a nivel nacional. De ahí el documental y el trabajo universitario. A ello se ha referido el director del Servei Català de Trànsit, Ramon Lamiel, que ha pasado la mañana en el Texas: “La Justicia y la atención a las víctimas desde la Administración se tienen que reformar; hay que darles un trato cálido. En Trànsit hace 12 años que disponemos de un servicio de acompañamiento, pero estamos muy solos. Hay que implementar ya servicios que sabemos que funcionan”. Como conclusión, valen las palabras del profesor Torralba: “Nos han preparado para el éxito, no para asumir nuestra propia vulnerabilidad”.



