La primera representa el 52,15 por ciento del total, subrayó el diario local Prensa Libre a partir del último balance emitido por el Ministerio de Energía y Minas (MEM), sobre lo cual mencionó algunas preocupaciones de autoridades.
Expuso también que la leña, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Empleo e Ingresos de 2022, significa un 49,6 por ciento para cocinar, por delante del gas propano (48,2).
Su consumo supera los 58 mil millones de barriles equivalentes de petróleo, explicó el vicetitular de Energía del MEM, Juan Fernando Castro, citado por el medio.
Aunque esta contamina menos al compensarse el carbono absorbido por los árboles al crecer, su uso genera problemas asociados a la deforestación y a la salud, señaló.
Los registros oficiales advierten que los departamentos de Huehuetenango, Quiché y San Marcos tienen mayor déficit, que coinciden con las mayores cifras población en condiciones de vulnerabilidad alimentaria y limitado acceso económico.
La Encuesta de Condiciones de Vida de 2023, efectuada por el Instituto Nacional de Estadística, evidenció que el uso de leña predomina en los hogares en pobreza extrema y no extrema, con 97,2 por ciento y 86,9, respectivamente.
El jefe de Gobernanza Forestal del Instituto Nacional de Bosques, Edwin Oliva, insistió en que el déficit de ese recurso persiste, aunque disminuyó por la regeneración natural y los programas estatales de incentivos al sector.
Entre los tipos de leña más utilizados figuran las de casuarina, madrecacao, aripín, aliso, paterna, gravilea, eucalipto, entre otros, describió el texto.
Oliva añadió que la estrategia nacional busca establecer y manejar al menos 48 mil hectáreas de plantaciones y sistemas agroforestales, apoyados por incentivos para producir leña de manera continua y sostenida.
Guatemala, acotó, promueve además el uso de tecnologías apropiadas mediante asistencia técnica y financiera, así como la implementación de estufas mejoradas.
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