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jueves, octubre 16, 2025

Leopoldo Sahores, de embajador a candidato: las propuestas del diplomático que busca llegar al Congreso con la lista de Ricardo López Murphy

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A pocos días de cumplir 54 años, Leopoldo Sahores se presenta como una figura nueva en el escenario político nacional. Abogado y diplomático de carrera, con una trayectoria que lo llevó a representar a la Argentina en países tan diversos como Australia, Brasil y Pakistán, ahora se postula como diputado nacional por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en la lista Potencia, liderada por Ricardo López Murphy.

Sahores destaca su capacidad de generar acuerdos y lograr consensos.

“Siempre me interesó la política”, asegura Sahores en una charla con Revista GENTE, considerando que su experiencia en la función pública le dio herramientas para entender tanto el potencial del país así como los obstáculos que impiden su completo desarrollo. “Como diplomático tengo una capacidad para negociar, alcanzar acuerdos y lograr consensos que me parece fundamental si queremos avanzar en una agenda de reformas”, sostiene.

Reformas estructurales y profesionalización del Estado

Entre sus principales propuestas legislativas, Sahores destaca el apoyo a reformas económicas clave como la laboral, previsional y tributaria. “Nuestro espacio va a acompañar cualquier iniciativa que promueva mayor competencia en los sectores productivos”, afirma. En particular, menciona el proyecto de reforma previsional presentado por López Murphy como una de las iniciativas que respalda.

Pero su mirada va más allá de lo económico. Desde su experiencia en el exterior como diplomático —a la que detalló que se accede mediante un riguroso concurso de ingreso— Sahores propone impulsar una ley que profesionalice la administración pública. “Necesitamos un sistema de ingreso basado en el mérito. Hemos escuchado mucho hablar a favor y en contra del mérito, pero hasta ahora no se lo ha tenido en cuenta”, señala.

La idea, explica, es realizar un relevamiento de vacantes y competencias necesarias en el Estado, y establecer concursos anuales para cubrir esos puestos. “Que entren los más idóneos, los más capacitados. Eso también contribuiría a neutralizar la corrupción”, agrega, y remarca que una administración pública profesional y mejor retribuida reduciría los márgenes de discrecionalidad y los negocios incompatibles con la función pública.

Cómo recuperar la confianza en la población

Consultado sobre la baja participación electoral en los últimos comicios, Sahores atribuye el fenómeno al “descreimiento de la ciudadanía en la política”. “Durante décadas se prometió que las cosas iban a cambiar, pero al final del día todo sigue igual o empeora”, reflexiona.

Para revertir esa tendencia, propone renovar la política con caras nuevas y trayectorias que generen confianza. “El tercer sector, la sociedad civil, es muy activa en la Argentina. Sería bueno atraer ese capital humano que hoy desconfía del Estado”, dice. En ese sentido, destaca la importancia de recuperar el sentido del deber público y jerarquizar a los funcionarios.

¿Qué hace a un buen político?

—El buen político es aquel que tiene claro los objetivos, sea los objetivos del país porque le toca estar en el gobierno, o los intereses del electorado al que representa. Y al mismo tiempo que los defiende con firmeza, con convicción, pero que tiene la dosis de pragmatismo suficiente como para poder negociar, porque en la política las posiciones de máxima no ayudan. Para que las cosas ocurran, el verdadero político se tiene que sentar con el otro y discutir, plantear las posiciones y tratar de encontrar un punto común. Si tuviéramos políticos absolutamente dogmáticos que no ceden un ápice en sus posiciones, entonces estaríamos peor de lo que estamos. 

El diplomático estuvo en diferentes puntos del planeta, lo que le brindó experiencias que hoy busca volcar en un rol de legislador.

¿Por qué la gente debería votarte este domingo 26 de octubre?

—Porque tengo una experiencia que me avala, en el sentido de que nadie me puede cuestionar nada que haya hecho en el sector público. Porque soy una persona que a lo largo de su carrera ha mostrado consistencia, una coherencia entre lo que lo que dice y lo que hace. Queremos un cambio en el modelo económico, que la economía sea competitiva, que no asfixie la iniciativa privada, que le dé todas las herramientas para florecer, que se pueda crear una empresa en cuestión de días, horas. Que se pueda acceder a un crédito… que se pueda prever, que una pareja que se casa o que quiere ir a vivir juntos y tiene un proyecto de vida, pueda tomar un crédito a 30 años. Hay cosas que parecen obvias, pero no tanto. Necesitamos un poco más de diálogo, más moderación. Tenemos que dejar un poco de lado las excentricidades, dejar de ser un país y una sociedad tan pendular de un extremo al otro, de un populismo al otro, de un estilo exaltado al otro.

Una vida entre culturas: así es la vida de un diplomático

Antes de lanzarse a la política, en términos partidarios, Sahores desarrolló una extensa carrera en el Servicio Exterior. Tras ingresar por concurso, trabajó en la Cancillería y luego fue destinado a embajadas y consulados en distintos países. “Estuve en Australia, Brasil y Pakistán. Tuve la posibilidad de conocer culturas muy distintas y otras más cercanas a la nuestra”, cuenta.

En Australia, su tarea se centró en la sección económica y comercial de la embajada. “Detectábamos oportunidades para exportadores argentinos, hacíamos estudios de mercado y buscábamos atraer inversiones”, recuerda. En Brasil, su rol fue más político, enfocado en la relación bilateral y temas de seguridad fronteriza.

Pero fue en Pakistán donde vivió su experiencia más intensa. “Es una cultura muy distinta, muy interesante. Un país nuclear, en una zona geopolítica crítica, con vecinos como Afganistán, Irán y una relación muy próxima con China”, describe. Su período allí coincidió con la caída de Afganistán en manos de los talibanes, lo que le permitió observar de cerca el retroceso en derechos humanos, especialmente en educación para mujeres y minorías religiosas.

Una historia que lo marcó fue la de un grupo de adolescentes musulmanas chiitas que luchaban por tener una cancha de fútbol en una zona complicada del país, en la provincia de Balochistán. “Querían jugar, pero los ancianos del lugar no lo permitían. Intentamos lanzar un proyecto de cooperación con jugadoras argentinas para que las capacitaran, pero no se pudo concretar. Es una asignatura pendiente, ojalá se pueda concretar, porque esas chicas veían en el fútbol una herramienta de superación, la discriminación que sienten es muy grande”, relata.

También recuerda el caso de una madre y su hija argentinas que viajaron a Pakistán tras iniciar la primera relación por internet con un joven local. “Las cosas no salieron como esperaban. Tomaron contacto con la embajada y finalmente logramos que volvieran a la Argentina”, cuenta.

El motivo de su renuncia al gobierno de Javier Milei

En octubre de 2024, Sahores presentó su renuncia como secretario de Relaciones Exteriores, cargo que había asumido en diciembre de 2023 junto a la canciller Diana Mondino. “Fue una experiencia muy desafiante, pero empecé a encontrar dificultades operativas por el posicionamiento que tomó la política exterior argentina”, explica.

Con casi 54 años, se anima a una candidatura a diputado nacional, con la convicción de poder lograr un cambio positivo en el país.

Según Sahores, se produjo una reingeniería en la estructura de la Cancillería que afectó competencias clave de su cargo. “Se revisaron decisiones de política exterior muy a contramano de lo que tradicionalmente hacía la Argentina, sobre todo en temas sociales”, señala.

Entre los puntos de conflicto, menciona el alejamiento de la agenda internacional impulsada por Naciones Unidas y países como Estados Unidos, Canadá y Europa, especialmente en temas de género. “Tenemos legislación vigente más avanzada que muchos países, y eso generó perplejidad en nuestros socios”, advierte.

Para Sahores, la solución no es abandonar el sistema multilateral, sino mejorarlo desde adentro. “Organismos como la OMS, la FAO o la UNESCO tienen programas que benefician a provincias y comunidades argentinas. No se trata solo de lo que opina el Estado nacional”, remarca entre los argumentos que lo llevó a salir de su cargo, y que finalmente lo impulsó a buscar otra alternativa para su propia candidatura.

Redacción

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