La separación de Nico Vázquez y Gimena Accardi, una de las parejas más queridas del espectáculo argentino, sigue generando impacto. Luego del comunicado que ambos publicaron en redes, fue el propio actor quien rompió el silencio este martes por la noche al atender en vivo un llamado de Ángel de Brito en LAM (América TV) y abrir su corazón sobre el proceso que los llevó a tomar esta decisión después de 18 años juntos.

“Sí, estoy en shock. Imagino que a ustedes y al público que nos quiere les pasa lo mismo, pero hoy no puedo pensar en eso, sino en nosotros, que es lo más importante”, comenzó diciendo, con la voz entrecortada. “La decisión la fuimos tomando de a poco, juntos, como todo en nuestra vida. Con ayuda, con terapia, con mucha charla y mucha comunicación, que nunca nos faltó”, detalló.
Vázquez reconoció que en los últimos meses ambos sintieron que algo había cambiado: “A veces no alcanza solo con el amor y con el día a día. Son 18 años donde pasamos cosas difíciles, que ustedes saben, y llega un momento en que hay que tomar rumbos distintos y empezar a sanar cada uno las cosas propias”. Entre esos desafíos, Nico recordó que la pareja atravesó grandes duelos –como la muerte de Santiago Vázquez, su hermano– y situaciones límite que los marcaron profundamente.
Consultado por el rol de la terapia de pareja, el actor explicó que fue un recurso que intentaron para sostenerse y entenderse: “Yo nunca había hecho terapia de pareja, y ahí descubrís que cada uno tiene su espacio, pero que también aparece una mirada externa sobre lo que dice el otro. Y sí, nos ayudó mucho”. Sin embargo, admitió que llegó un punto en que debieron ser valientes y aceptar que la relación ya no era la misma: “Es toda una vida. Gime empezó conmigo a los 22 y yo tenía 29. Crecimos juntos”.
Durante el llamado, Nico también se refirió a la imagen de “pareja perfecta” que siempre se proyectó en los medios. “Quizá nos molestaba un poco eso, porque nada es perfecto. Yo decía que ella era perfecta para mí y yo para ella… hasta que deja de serlo. Y no porque pase algo grave, sino porque es mucho tiempo. Uno cambia”, explicó.
Emocionado, contó que lloró mucho en estos días y que sintió la necesidad de compartirlo: “Soy muy transparente, llego a un laburo y si estoy quebrado o llorando, me ven. Hoy hago muchas funciones por semana y mis compañeros me conocen. No podía hacerme el pelotudo. Por eso también lo comunicamos”.
Finalmente, destacó que, aunque hoy estén separados, el afecto permanece intacto: “Siempre va a ser mi familia y yo voy a ser su familia. Nunca sabés si esta decisión es para siempre o no, pero era lo que teníamos que hacer ahora”.