Lloret de Mar ultima la construcción de una residencia para mayores con capacidad para 136 usuarios, largamente reivindicada por el Ayuntamiento y la población para paliar la falta de plazas sociosanitarias de las que carece el municipio. Una de las particularidades de este equipamiento, de planta baja y cuatro pisos, que ocupará unos 6.000 metros cuadrados de la zona Can Buch, es su método constructivo.
Excepto la planta baja que ha sido levantada con hormigón, el resto es una construcción industrializada en madera. Eso significa que las estructuras, como la fachada, las paredes, travesaños y divisiones interiores se realizan en la factoría que Actia, empresa que realiza la obra, tiene en Gurrea de Gállego (Huesca). Allí se fabrican los módulos que luego se transportan y se montan con la ayuda de maquinaria precisa en Lloret de Mar. Un modo de proceder que, según sus responsables, agiliza los plazos de construcción, supone un ahorro económico y al mismo tiempo reduce el impacto ambiental y los residuos generados por cualquier obra tradicional. La madera empleada procede de bosques turolenses, con certificación sostenible.
A diferencia del hormigón, con este método constructivo el promotor se ahorra un 40% de tiempo
Según explica Juan Carlos García Corral, arquitecto y director del proyecto, la construcción de forma industrializada con entramado ligero de madera permite ahorrar hasta un 40% de tiempo con respecto a la construcción tradicional, a base de hormigón. “En cuatro meses se fabrican todas las estructuras y en cuatro meses más se montan”, explica. Además añade el carácter pionero de esta residencia de Lloret de Mar. “Es el edificio en altura con entramado ligero de madera más grande de España”, explica.
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Carlos Márquez Daniel

Las obras, que empezaron en el primer trimestre de este año, está previsto que acaben a finales de este 2025. Aun así, el consistorio ha pedido una prórroga de tres meses para no perder la subvención de 6 millones de euros aportados por los fondos Next Generation. Las obras se licitaron por un total de 12 millones. La mitad los aporta el Ayuntamiento. Según fuentes municipales, el objetivo es que el equipamiento, que contará también con un centro de día con 20 plazas, pueda entrar en funcionamiento durante el segundo semestre de 2026, una vez sea validado por las administraciones competentes y la Generalitat conceda el número de plazas que serán públicas.
La previsión del Consistorio es que el equipamiento entre en servicio en el segundo semestre de 2026
Según se desprende del proyecto básico constructivo, el modelo de residencia está inspirado en los países nórdicos y pensado “para los nuevos mayores”, ancianos que no están dispuestos a renunciar a su proyecto de vida y que requieren nuevos modelos de atención. Por ejemplo, el 86% de habitaciones del futuro equipamiento serán individuales y la residencia se dividirá en varias unidades de convivencia, cada una de las cuales contará con 17 plazas. “Será lo más parecido a un hogar”, explica el edil de Serveis Socials de Lloret de Mar, Alejandro Pérez.