El cónsul general de Italia en Barcelona, Emanuele Manzitti, llegó en plena pandemia (septiembre del 2021), tuvo que enfrentarse a la ola de argentinos que solicitaban la nacionalidad y lidiar con la detención de Carles Puigdemont en Cerdeña. Ahora termina su mandato. Como representante de la mayor comunidad de extranjeros de Barcelona y con competencias que abarcan desde la Comunidad Valenciana hasta Baleares, hace a La Vanguardia el balance de estos últimos tres años.
‘Procés’
Recuerdo muy bien la manifestación que tuvo lugar el 24 de septiembre del 2021”
¿Se puede decir que las relaciones diplomáticas entre Catalunya, el resto de España e Italia se han fortalecido estos últimos años a pesar de las diferentes ideologías políticas de los respectivos gobiernos?
Mi balance es positivo. En estos tres años y medio he tenido la oportunidad de apreciar directamente la amistad y la estima mutua que unen a las comunidades autónomas de la circunscripción del consulado general de Barcelona con Italia. Lengua, historia, cultura y tradiciones unen a nuestros ciudadanos en un vínculo sólido que trasciende las coyunturas políticas. El intercambio comercial bilateral alcanzó en el 2024 casi 68.500 millones de euros. España es el cuarto mercado de exportación para nuestro país. Y el stock de inversiones en ambas direcciones ha crecido constantemente. Cada año, cientos de estudiantes italianos acuden a España y viceversa. Municipios y regiones desde el norte hasta el sur de Italia mantienen florecientes relaciones con ciudades y comunidades autónomas españolas. Catalunya, al igual que otras realidades españolas, puede jugar un papel fundamental en el fortalecimiento de estas relaciones.
La presencia de ciudadanos italianos en Catalunya y Barcelona es muy numerosa, también debido a la asimilación de ciudadanos de origen argentino. ¿Cómo han gestionado esta situación de estrés desde el punto de vista logístico y administrativo?
La comunidad italiana en España crece a un ritmo muy rápido. Hoy, los ciudadanos italianos residentes en la circunscripción del consulado general (que incluye Catalunya, la Comunidad Valenciana, la Comunidad de Aragón, Baleares, la Región de Murcia y el Principado de Andorra) son más de 150.000. Cuando llegué en septiembre del 2021 eran poco más de 110.000. Para hacer frente a este crecimiento exponencial, el consulado general ha aprovechado nuevas modalidades de prestación de servicios, una reorganización de los métodos de trabajo. Es cierto que en la circunscripción reside una comunidad de italianos provenientes de diversos países latinoamericanos, principalmente de Argentina. Representan un patrimonio inmenso que enriquece nuestra comunidad y aportan experiencias, historias y culturas diversas. Es un mundo que se encuentra también en la histórica Escuela Italiana de Barcelona, formando un verdadero melting pot . La escuela, el Instituto Italiano de Cultura y el consulado general pueden desempeñar un papel fundamental en este contexto, acercando a la comunidad proveniente de América del Sur a sus raíces.
Pero muchos italianos residentes en Catalunya, y en particular en Barcelona, se quejan desde hace años de las dificultades para conseguir citas en el consulado y recibir asistencia. ¿Cuál es la situación que encontró a su llegada y qué han hecho para resolverla?
A mi llegada a Barcelona, el consulado general, al igual que muchas otras sedes de la red consular italiana, había acumulado retrasos debido a los cierres forzados por la pandemia. El primer objetivo fue eliminar el atraso. Una vez logrado este resultado, abrimos canales dedicados a los mayores de 75 años, mujeres embarazadas, recién nacidos y casos de urgencias. Así logramos reducir fuertemente los tiempos de espera y aumentar de forma significativa las entregas. Los resultados son evidentes: en el 2021 habíamos emitido 5.933 pasaportes; en el 2022, 8.432; en el 2023, 13.350, y en 2024, 12.250. Tenga en cuenta que aunque la emisión del pasaporte es el servicio más solicitado, el consulado general ofrece, con mejoras constantes, una amplísima red de servicios (documentos de identidad, estado civil, inscripciones en el registro civil, estudios, navegación, notaría) a la que se suma la exigente actividad de asistencia a los compatriotas que se encuentran temporalmente en la circunscripción. Se trata principalmente de turistas italianos: en el 2024 las visitas superaron los dos millones.
Usted llegó en plena pandemia, en septiembre del 2021, los mismos días en que Carles Puigdemont fue arrestado en Cerdeña y el procés aún estaba en pleno desarrollo. ¿Qué análisis hace de aquel momento político años después?
Recuerdo ese momento. Recuerdo muy bien la manifestación que tuvo lugar frente al consulado general el 24 de septiembre. Pero por mucho que haya podido observar las dinámicas políticas internas desde un observatorio privilegiado, no es tarea de un cónsul general comentar o juzgar la política del país que lo acoge.
Después de haber vivido cuatro años en Catalunya, ¿qué es lo que más le ha sorprendido?
Desde un punto de vista productivo, igual que Italia, las pymes representan el corazón pulsante de la economía. En este contexto, me ha impresionado la atención de las instituciones a la creación de modelos de desarrollo sostenible, con un enfoque en las nuevas tecnologías, en la investigación –pienso por ejemplo en el Barcelona Supercomputing Center y el Sincrotrón ALBA– y en la atracción de talento.
