Fue una noche variopinta en el estadio Campeones Olímpicos de Florida con múltiples condimentos: cánticos en alusión a la Copa Libertadores, fuegos artificiales y molestia en la tribuna.

Foto: Leonardo Mainé.
Enviado a Florida
Fue una noche variopinta en Florida. Ya desde los movimientos precompetitivos se visualizaron imágenes poco frecuentes. Los futbolistas de Peñarol calentando en una zona aledaña al vestuario de la visita, justo al lado de los ómnibus que los trasladaban. Y el propio Diego Aguirre dándole indicaciones al oído al arquero Brayan Cortés y a Héctor Villalba, que volvía a la titularidad tras un largo tiempo.
Con el ingreso de ambos planteles a la cancha, llegaron los fuegos artificiales lanzados en las inmediaciones del escenario, que lograron robarse la atención durante algunos minutos al igual que las bengalas de humo con los colores amarillo y negro.
Después llegó el turno de jugar y, aún con el partido igualado, Gastón Silva, que por primera vez en el año jugó todo el partido, estuvo en el foco de la crítica. Los comentarios e insultos se intensificaron una vez consumada la derrota, pero algunos fanáticos intervinieron pidiendo calma.
Con la derrota parcial 2-0 en el marcador, el técnico reemplazó a Diego García por Brandon Álvarez, que hizo su estreno en la Primera División del aurinegro, al igual que Lorenzo Couture. Aunque no tuvo demasiada participación, el oriundo de Durazno generó un remate potente al borde del área y logró debutar con 17 años. Aguirre habló en rueda de prensa y pidió calma con quienes están haciendo sus primeras armas a nivel profesional.
Por fuera de lo futbolístico, se produjo un momento curioso en pleno entretiempo: un grupo de baile folclórico de Florida hizo su coreografía en el campo de juego a pura música mientras la voz del altoparlante acompañaba con su narración. Después de varios minutos de presentación, llegaron los aplausos de todo el estadio.

Foto: Leonardo Mainé.
La hinchada del aurinegro protagonizó un partido aparte. En el momento más candente del partido, con Peñarol intentando descontar, apeló a su clásico cántico: “Un poco más de huevo…”, pero una vez que se aproximaba el cierre del partido en el Campeones Olímpicos comenzaron a palpitar la vuelta de octavos de final de Copa Libertadores frente a Racing: “Esta locura ya no puede parar porque se lleva en la sangre…”, entonaban incluso algunos fanáticos que estaban viendo el partido desde la tribuna local. Y, por algún motivo que quizá fue pura casualidad, justo coincidió con el lanzamiento de nuevos fuegos artificiales.
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