No sabemos qué hacer con las cosas que nos dejan los muertos, esas que guardan sus huellas recientes. En el funeral de Estado por el aniversario de la dana, Naiara Chuliá contó que aún conserva en el congelador merengue preparado por su marido el fin de semana antes de morir, cuando el agua se lo llevó todo. Tres días antes reían con amigos, celebrando el cumpleaños de ella y compartiendo los platos que él había cocinado. Antes, mientras pintaban juntos su hogar recién comprado, había pensado: “Soy tan feliz que me da miedo”.
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