Los 5 síntomas silenciosos que tu cuerpo envía cuando está inflamado funcionan como una alarma casi imperceptible, clave para evitar complicaciones como diabetes, artritis o cardiopatías. A diferencia de la inflamación aguda —visible por enrojecimiento o dolor— la crónica de bajo grado puede extenderse durante meses sin dar señales claras.
Los especialistas definen esta inflamación de bajo grado como una respuesta inmune persistente que desgasta tejidos mientras pasa inadvertida y no provoca fiebre.
Ese “fuego lento” mantiene el sistema defensivo activado y termina dañando células sanas, favoreciendo enfermedades no transmisibles que causan 43 millones de muertes al año según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por eso es vital reconocer a tiempo las señales de inflamación crónica, antes de que evolucionen a cuadros severos.

Uno de los indicios mejor documentados es la fatiga persistente: estudios en síndrome de fatiga crónica muestran niveles elevados de marcadores inflamatorios en estos pacientes.
Además, los especialistas recalcan que “cuerpo inflamado” no siempre equivale a articulaciones rojas o hinchadas: el impacto puede sentirse como cansancio o una digestión lenta.
Los 5 síntomas silenciosos de que tu cuerpo está inflamado
- Fatiga persistente que no mejora con el descanso. Estudios sobre síndrome de fatiga crónica describen un agotamiento profundo, de origen inmunológico, ligado a marcadores inflamatorios elevados.
- Niebla mental o “brain fog”: dificultad para concentrarse, olvidar palabras y sentir la cabeza “nublada”.
- Dolores articulares difusos (manos, rodillas o espalda baja) sin lesión aparente. La rigidez matinal es típica de inflamación sistémica, según Harvard Health.
- Trastornos digestivos como hinchazón, gases o cambios de hábito intestinal (estreñimiento o diarrea). El intestino inflamado altera la microbiota y amplifica la respuesta inmunitaria.
- Aumento de peso repentino o difícil de revertir. La literatura médica enlaza la inflamación con cambios hormonales que favorecen el almacenamiento de grasa.
Cada uno puede presentarse en solitario o en combinación. Si persisten más de unas semanas, vale la pena consultar al médico para descartar causas estructurales.

Trucos para desinflamar el cuerpo de forma natural
- Los enfoques clásicos —alimentación sana, movimiento y descanso reparador— siguen siendo los más eficaces y accesibles.
- Caminata ligera (20-30 minutos diarios) —El cardio moderado disminuye la grasa visceral y libera hormonas antiinflamatorias.
- Yoga o estiramientos conscientes —Las posturas suavizan la tensión muscular y la respiración profunda regula el cortisol.
- Entrenamiento de fuerza con peso corporal (sentadillas, planchas) —Al reducir adipocitos, se bajan las citocinas proinflamatorias.
- Ejercicios de respiración diafragmática —Un minuto de inhalar-retener-exhalar calma el sistema nervioso y modera la respuesta inmune.
- Automasaje —Favorece el drenaje linfático y la recuperación muscular; se recomienda por su impacto antiinflamatorio.
Complementar estas prácticas con una dieta “de la abuela”: frutas, verduras de estación, pescado azul, legumbres y aceite de oliva. Limitar azúcares añadidos, ultraprocesados y alcohol también reduce la inflamación de bajo grado.

Detectar a tiempo los 5 síntomas silenciosos permite actuar antes de que la inflamación derive en patologías severas.
Si sentís cansancio continuo, “cabeza nublada” o molestias digestivas sin causa clara, registralo y adoptá los trucos naturales descriptos: caminar, estirar, fortalecer, respirar y masajear. Con hábitos conservadores, constantes y avalados por la ciencia, tu cuerpo tendrá más herramientas para volver a su equilibrio.
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