12.6 C
Buenos Aires
viernes, septiembre 5, 2025

Los 80 años de ‘El Aleph’, ese cuento en el que cabe el universo todo

Más Noticias

La Biblioteca Nacional Mariano Moreno inauguró la muestra Infinita veneración, infinita lástima: 80 años de ‘El Aleph’, un homenaje al relato que Jorge Luis Borges publicó en 1945 en la revista Sur, dirigida por Victoria Ocampo, y que con el tiempo se convirtió en uno de sus textos más revisitados y universales.

“Estamos celebrando un cuento que marcó un antes y un después en la vida de Borges”, explica Germán Álvarez, curador de la muestra. En aquel momento, el escritor atravesaba un clima de frustración: El jardín de senderos que se bifurcan no había obtenido el Premio Nacional, tal como esperaba, y su reconocimiento literario parecía aún lejano.

El vínculo con Estela Canto –a quien Borges dedica el cuento– fue decisivo. Esa relación amorosa, iniciada a fines de 1944, se transmutó en la figura de Beatriz Viterbo, personaje central de «El Aleph», y alimentó la escritura de una historia donde intimidades y mitologías se entrelazan.

En la Biblioteca Nacional, “El Aleph” se presenta como “una reescritura de la Divina Comedia, una experiencia mística, un abordaje secular a temas y problemas de la ciencia –los números transfinitos y la cuarta dimensión del espacio–, una respuesta a aquellos críticos que no comprendieron los cuentos de El jardín de senderos que se bifurcan y, sobre todo, una desahuciada despedida a la posibilidad del amor”.

Infinita veneración, infinita lástima: 80 años de El Aleph, en la Biblioteca Nacional Mariano Moreno. Foto: gentileza.Infinita veneración, infinita lástima: 80 años de El Aleph, en la Biblioteca Nacional Mariano Moreno. Foto: gentileza.

Un punto donde cabe el infinito

Publicado por primera vez en 1945 y luego incluido en el libro homónimo de 1949, «El Aleph» narra el hallazgo de un punto secreto en el sótano de una casa de la calle Garay que permite contemplar, simultáneamente y con seguridad, todos los lugares del mundo. Esa visión total, cercana a las matemáticas infinitas de Cantor y a la tradición cabalística, condensa la obsesión borgeana por el tiempo, la eternidad y lo inabarcable.

El cuento es también una pieza autorreferencial: Borges se incluye como personaje y se desdobla en el escritor frustrado que no recibe premios, mientras Carlos Argentino Daneri –su contraparte ficcional– sí logra reconocimiento con una poesía banal. Esa ironía refleja el malestar de Borges en los años cuarenta y al mismo tiempo anticipa la revancha: en 1957 la obra de cuentos de El Aleph obtuvo el Premio Nacional de Literatura.

La muestra recorre la trama biográfica y textual del cuento: desde las primeras ediciones hasta la versión canónica de 1972, pasando por el manuscrito mecanografiado por Estela Canto, olvidado durante décadas y subastado en Londres en 1985.

Infinita veneración, infinita lástima: 80 años de El Aleph, en la Biblioteca Nacional Mariano Moreno. Foto: gentileza.Infinita veneración, infinita lástima: 80 años de El Aleph, en la Biblioteca Nacional Mariano Moreno. Foto: gentileza.

Tratamos de explicarle al visitante el entramado de la materialidad del manuscrito, de la relación con Estela Canto, de ella lo pasa a máquina y después queda olvidado en la casa de Estela. Cómo la madre le toma cierto cariño a Borges, porque es un muchacho que va todas las mañanas a verla, a charlar con la madre de Estela, y le deja cartas, le deja postales que son como un apéndice, casi textual, de la ficción de ‘El Aleph’”, cuenta con emoción Álvarez, integrante del Centro de Estudios Borgeanos.

¿Cómo se gestaron esas primeras escrituras de lo que sería «El Aleph»? “Él, todas las mañanas, escribe a Estela y le lleva una postal a la puerta de su casa. Golpea la puerta y se la deja a la madre, porque Estela dormía y no la podía ver, entonces la que lo recibía era la madre. Así, se arma una relación con la madre: ella le toma cariño a este muchacho Borges, que va cada mañana a preguntar por su hija, a dejarle cartas, postales, libros”, explica el curador.

Infinita veneración, infinita lástima: 80 años de El Aleph, en la Biblioteca Nacional Mariano Moreno. Foto: gentileza.Infinita veneración, infinita lástima: 80 años de El Aleph, en la Biblioteca Nacional Mariano Moreno. Foto: gentileza.

El manuscrito se encontraba en la sala que compartía con Estela, guardado en una cómoda. “Cuando muere la madre de Estela, ella encuentra en ese mueble el manuscrito de ‘El Aleph’ en los años ochenta”, repone Álvarez. Lejos de atesorar los papeles, la mujer hace otra cosa: «En 1985, Estela Canto vendió el manuscrito en Sotheby’s de Londres. Un tiempo antes, se había reunido con Borges para contarle su intención de rematarlo. Hay una anécdota simpática que dice que Borges le contestó: «Si yo fuera un caballero, iría ahora al sanitario y se escucharía un disparo». Finalmente, cuando se remata en Londres, Borges aún estaba con vida ya que fallecería en junio de 1986″, completa.

En la muestra, se exhiben también facsímiles de alta calidad, ediciones históricas y material de la colección personal de Borges que conserva la Biblioteca Nacional.

También se recrean objetos vinculados a los tres personajes principales –Borges, Beatriz Viterbo y Carlos Argentino Daneri– y se incluyen vitrinas con reescrituras célebres, como la de Rodolfo Fogwill y la obra de Pablo Katchadjian en El Aleph engordado, por el cual la viuda de Borges, María Kodama, lo llevó ante la Justicia.

La propuesta se expande hacia otras disciplinas: partituras de Daniel Mellero y Marcelo Moguilevski, junto con libros de artistas inspirados en el cuento, muestran cómo la obra borgeana sigue dialogando con la música y las artes visuales.

Infinita veneración, infinita lástima: 80 años de El Aleph, en la Biblioteca Nacional Mariano Moreno. Foto: gentileza.Infinita veneración, infinita lástima: 80 años de El Aleph, en la Biblioteca Nacional Mariano Moreno. Foto: gentileza.

Borges, entre realidad y mito

Para Álvarez, la clave es entender que “toda escritura es autobiográfica”, como afirmaba el propio Borges. «El Aleph» refleja la frustración y el desencanto de los años cuarenta, pero también anticipa el reconocimiento que llegaría después. Su impacto fue tal que hoy se lo considera un punto de convergencia de la literatura universal: una metáfora del conocimiento absoluto y, a la vez, de la imposibilidad de abarcarlo.

En su trayectoria, Borges comienza a nutrirse de una serie de lecturas y a esa bibliografía recurre Alvarez, junto a su colega curadora Laura Rosetti, como métier.

Infinita veneración, infinita lástima: 80 años de El Aleph, en la Biblioteca Nacional Mariano Moreno. Foto: gentileza.Infinita veneración, infinita lástima: 80 años de El Aleph, en la Biblioteca Nacional Mariano Moreno. Foto: gentileza.

“La Biblioteca Nacional tiene una colección llamada Jorge Luis Borges, que forma parte de la biblioteca personal de Borges y en esos libros él hacía anotaciones. Borges era un escritor “extractivo”: cuando leía, ya estaba escribiendo, y ponía en marcha una serie de mecanismos. Esto incluía notas en los márgenes de los libros, observaciones muy precisas, compaginaciones y selección de temas. En realidad, eran como estructuras o verdaderas campañas de lectura que Borges emprendía cada vez que se disponía a escribir”, cuenta el curador.

En esta muestra, también se pueden apreciar parte de los libros que Borges consultó para nutrirse de las distintas tradiciones orientales y occidentales, de lo artístico, lo literario, lo matemático, lo físico y las ciencias en general, con el fin de dar forma a este cuento.

‘El Aleph’ se nutre de las diversas ciencias y artes. Entonces nosotros queríamos recrear a partir de ese reflejo, cómo las artes de ese tiempo se reflejan en el Aleph. O al revés. Entonces nos quisimos expandir hacia la gráfica, hacia la música y, por supuesto, hacia la literatura”, cuenta Álvarez sobre el proyecto.

Infinita veneración, infinita lástima: 80 años de El Aleph, en la Biblioteca Nacional Mariano Moreno. Foto: gentileza.Infinita veneración, infinita lástima: 80 años de El Aleph, en la Biblioteca Nacional Mariano Moreno. Foto: gentileza.

Todo el conjunto de la muestra termina por presentarse en sí misma como otra lectura sobre esta obra. “Son lo que llamamos transposiciones; transposiciones hacia otras artes que tienen eco en esta obra”, concluye el curador.

Infinita veneración, infinita lástima: 80 años de «El Aleph» puede visitarse en la Biblioteca Nacional Mariano Moreno (Agüero 2502), con entrada libre y gratuita, hasta el 31 de mayo de 2026 de lunes a viernes de 9 a 21 y sábados y domingos de 12 a 19 en la Sala Leopoldo Marechal.

Redacción

Fuente: Leer artículo original

Desde Vive multimedio digital de comunicación y webs de ciudades claves de Argentina y el mundo; difundimos y potenciamos autores y otros medios indistintos de comunicación. Asimismo generamos nuestras propias creaciones e investigaciones periodísticas para el servicio de los lectores.

Sugerimos leer la fuente y ampliar con el link de arriba para acceder al origen de la nota.

 

- Advertisement -spot_img

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Advertisement -spot_img

Te Puede Interesar...

Estuvo preso cuatro años por el abuso sexual de sus hijas: era una falsa denuncia

Cuatro años, tres meses y tres semanas estuvo preso Ezequiel Ríos (45) en una celda penitenciaria como acusado del...
- Advertisement -spot_img

Más artículos como éste...

- Advertisement -spot_img