Los muy organizados movimientos alternativos de Vallcarca están resueltos a frenar los desalojos de tres fincas municipales en el barrio. En verdad pretenden frustrar los planes del gobierno del alcalde Jaume Collboni para transformar este lado de Barcelona, para recuperar los proyectos urbanísticos olvidados 20 años, para abrir aquella gran rambla verde. Entretanto, muchos otros vecinos confían en que por fin levanten el barrio que les prometieron hace tanto y aplauden las intenciones del ejecutivo de Collboni.
Pocos días atrás, el Ayuntamiento comunicó a una cuarentena de ocupas que este miércoles han de marcharse de sus tres inmuebles. Entre ellos se encuentran al menos una docena de menores. Fuentes municipales añaden que los servicios sociales estudian los casos para ofrecer alternativas. Hace un par de meses, la Guardia Urbana desmontó el campamento de chabolas de chatarreros rumanos y marroquíes ubicado a pocos metros. Muchos de ellos se mudaron a estas fincas, donde ya vivían unos cuantos parientes, y también a un centro social alternativo. El solar de aquel poblado está ahora atestado de New Jerseys para que nadie pueda instalarse de nuevo allí.
Los ocupas preparan un gran sarao con muchos artistas para apuntarse una simbólica victoria
Un fontanero que vive con su hija en una de estas fincas del Ayuntamiento cuenta que ha de trabajar en negro para que no le embarguen, y que así no puede firmar un alquiler convencional. “Llevo aquí cinco años, en el barrio algunos más, y como otros negocié un alquiler social con los comunes, porque tengo un informe de vulnerabilidad. La notificación del Ayuntamiento dice que la Guardia Urbana vendrá a ejecutar el desalojo. Estaremos preparados. El 2 dormirá aquí mucha gente y montaremos un desayuno popular. Quieren hacer ver que en estos edificios solo viven chatarreros, pero aquí vive gente que se dedica a muchas otras cosas y que lo que pretende es salir adelante”.
Pugna política en el Ayuntamiento
La transformación de Vallcarca es una de las cuestiones claves de este mandato. En la última comisión de Urbanismo, los comunes presentaron una proposición para que el Ayuntamiento revise con todas las entidades vecinales el planeamiento aprobado hace tantos años y también que suspenda cualquier desalojo de una vivienda pública hasta que los afectados tengan una alternativa. Que haya al menos una docena de menores implicados está tensando el debate político sobre esta cuestión. El gobierno de Collboni insiste en que los servicios sociales están siguiendo todos los protocolos al respecto. Los comunes solo hallaron el apoyo de los ediles de ERC, pero entre unos y otros empujaron al ejecutivo a una situación muy incómoda. La proposición quedó rechazada gracias a los votos en contra de Junts, PP y Vox.
Los alternativos también esperan que el martes también vengan la Elèctrica Dharma, Enric Cassases, Martí Sales… “porque aquí viven una docena de menores y quieren echarnos sin darnos una alternativa. A los servicios sociales ni los vemos”. Luego de que el Ayuntamiento desalojara el poblado de chabolas y anunciara que recuperaría sus fincas, unos cuantos pintarrajearon la sede del distrito de Gràcia, ocuparon un rato las oficinas del PSC, buscaron el apoyo de muchas organizaciones… y dicen que el día 2, miércoles, también vendrán trabajadores municipales por el derecho a la vivienda, bomberos y docentes contra los desahucios, gente del Sindicat de Llogateres, de asociaciones de familias de alumnos (afas), de la FAVB… y se sucederán las actuaciones, los recitales y los discursos. En verdad, el espíritu de la casa Orsola sobrevuela ya Vallcarca. Su consigna es resistir.
El abandono de estas fincas muestra cómo lustros de dejadez municipal propició las irregularidades
La historia de estas tres fincas muestra cómo la dejadez municipal dio pie a una degradación que normalizó la ocupación. Y quienes hallaron en Vallcarca un modo de salir adelante se resisten ahora a dejarlo. Dos de estos edificios quedaron afectados con aquel planeamiento del 2002 llamado a transformar estas latitudes, y pasaron de vivienda a equipamiento. La recalificación del otro, al otro lado de la avenida, fue de equipamiento a vivienda. Pero el Ayuntamiento no los expropió hasta el 2015, hasta pasados trece años, hasta que sus dueños lo obligaron legalmente, hartos de tener unas fincas que no podían ni tocar.
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Y entonces el Consistorio dejó sus nuevas propiedades de la mano de Dios. Este abandono dio pie a apaños, subarriendos y ocupaciones. La nave calificada como vivienda aún es una nave, y también el hogar de muchos rumanos que años atrás vinieron a Vallcarca atraídos por la proliferación de solares desatendidos. Además, la incertidumbre también demoró muchas iniciativas privadas. Algunos promotores prefirieron centrarse en otros proyectos, miraron a otro lado. Y así se enquistaron otras usurpaciones.
Muchos vecinos que no quieren vivir entre solares aplauden las maneras del ejecutivo de Collboni
Las fuentes municipales dicen que su requerimiento es administrativo, que si el día 2 los ocupas no se marchan voluntariamente, el Consistorio los desalojará en cuanto tenga la correspondiente autorización judicial, y luego derruirá las fincas porque presentan infraviviendas y riesgos para las personas. El gobierno municipal también subraya que construirá un gran parque, un depósito pluvial, centenares de viviendas… que está dando los primeros pasos para sacar a Vallcarca de su limbo urbanístico. Pero los alternativos reponen que sus abogados no se fían, que esperan que vengan muchos policías. Además, montando un sarao que al menos aparentemente frene a la comitiva de turno, se apuntarán una simbólica victoria en su guerra con el Consistorio. Los alternativos necesitan un eco muy poderoso porque no sería extraño que el juez autorizara un desalojo con una fecha abierta, y frenar un desahucio que puede producirse cualquier día es más complicado. Todo podría quedar resuelto en cuestión de semanas, tal y como ocurrió en la antigua escuela Massana.
“Quiero pagar un alquiler social, pero creo que acabaré en un local –retoma el fontanero– ¿para qué derruir estas fincas ahora, para que haya más gente sin casa? Este tramo de la rambla verde ni se planteará este mandato. El Ayuntamiento quiere hacer ver que avanza. Pero puede hacerse la rambla quitando carriles de circulación, sin derruir viviendas”. Los alternativos también tienen un proyecto de rambla alternativo que supone menos demoliciones.
El Consistorio dice que si estos moradores no se van voluntariamente pedirá una autorización judicial
Pero buena parte del barrio está satisfecha con el proceder municipal. Muchos se mudaron a Vallcarca pensando que la rambla verde revalorizaría sus viviendas, y no que vivirían entre solares e inmuebles ocupados. “Nos parece bien que por fin el Ayuntamiento trate de normalizar el barrio. Nunca quisimos que Vallcarca fuera un gueto. En los anteriores mandatos incluso se dio un efecto llamada. El propio Ayuntamiento permitió que los ocupas se hicieran con solares, controlaran centros sociales, montaran las calçotadas que quisieran… Hasta los promotores privados se olvidaban de denunciar a sus ocupas. Ahora parece que todo se endereza”.