Los chimpancés se arremolinan alrededor del agua en vistas de una piñata estival. Zumos en tubos y un surtido de frutas congeladas sobrevuelan la laguna y son atrapadas tanto por manos como por pies. Un poco más lejos, las jirafas tienen el objetivo a su altura y solo tienen que estirar el cuello para dar con un bloque de hielo con manzana y zanahoria al que llegan con ritmo pausado.

Los primates a punto para disfrutar de un baño refrescante
Mane Espinosa

Los flamencos tratan de aliviarse de las altas temperaturas
Mane Espinosa
Esto sucede cuando las temperaturas del zoo traspasan los 30 grados y se activa un protocolo de los que los helados forman parte. Aumentar la frecuencia con la que se llenan los abrevaderos, reforzar la ventilación y la limpieza de los cenagales son otras de las medidas que se llevan a término.
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El director del zoo, Sito Alarcón, comenta que aunque los helados se queden en anécodota facilitan la hidratación paulatina que es el objetivo que se quiere conseguir.

Zumos de fruta por un tubo para el chimpancé
Mane Espinosa
A las elefantas, los bisontes y búfalos se les aplica una capa más con manguerazos o con aspersores bajo los cuales podrán pasar los visitantes de un enclave arbolado que consigue disminuir gracias a los plataneros 3 grados la temperatura exterior.