Lo que mueve a la 1000 Millas Sport Argentina no es solo el olor a nafta fría ni el brillo de autos que ya son museo rodante. Es la liturgia. Ese pequeño ritual que ocurre cada noviembre cuando Bariloche se convierte en una postal viva del automovilismo clásico.
La edición 2025, la número 36 de la prueba, empezó el miércoles 26 de noviembre y se extenderá hasta el sábado 29, nuevamente con el imponente Hotel Llao Llao como epicentro. El Club de Automóviles Sport (CAS) mantiene el pulso organizativo y Puma Energy vuelve como aliado clave, aportando el combustible oficial en cada estación del recorrido.
Lucas Smart, gerente de marketing de Puma Energy, lo resumió con una idea que suena casi como un manifiesto: “Para Puma Energy es un orgullo ser el combustible oficial de la 36° edición de las 1000 Millas Sports… Nuestra participación reafirma el compromiso de Puma Energy con la calidad de nuestros combustibles y con quienes disfrutan de la conducción en su máxima expresión.”
UN DESFILE QUE MIDE PRECISIÓN, NO VELOCIDAD
En total, más de 100 autos legendarios recorren tres etapas distribuidas en 1.600 kilómetros entre Río Negro y Neuquén. Es un desafío de regularidad, donde la precisión vale más que el vértigo. La prueba, fiscalizada por la Comisión Deportiva Automovilística del Automóvil Club Argentino, puntúa para el Campeonato Argentino de Regularidad Sport Histórico y está incluida en el calendario de la Federación Internacional de Vehículos Antiguos.
Bariloche, Villa La Angostura, San Martín de los Andes, El Bolsón. Montañas, lagos, bosques y caminos que obligan a manejar con la concentración de un relojero. No hay otra competencia en el hemisferio sur que combine semejante nivel deportivo con semejante postal natural.
UN EVENTO DEPORTIVO QUE SE VOLVIÓ UN MOVIMIENTO SOCIAL
La 1000 Millas Sport maduró hasta convertirse en mucho más que una carrera. Hoy funciona como una cadena de apoyo comunitario que crece año tras año.
En esta edición se realizan acciones solidarias con el Banco de Alimentos y se suman iniciativas con la Fundación Challenge, Puentes de Luz (San Martín de los Andes), Fundación Cruzada Patagónica y otras entidades locales.
La esencia del evento no se pierde: juntar personas que aman los autos… pero también construir impacto en la región.
La clave de este evento está en su doble naturaleza: es una competencia deportiva seria, fiscalizada y puntuable, pero también es una celebración cultural.
Argentina tiene pocas pruebas que combinen tanto prestigio internacional, turismo de élite y pasión por los autos clásicos. Y ese combo genera algo que el mercado valora: presencia de marcas globales, movimiento económico en la región y una narrativa que cada año crece.
En tiempos donde el automovilismo moderno pelea por encontrar nuevas audiencias, la 1000 Millas se mantiene como un recordatorio emocional: la historia sigue siendo un camino poderoso para conectar con la gente.
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