Dos regiones con un futuro compartido. Con el propósito de reforzar ese mensaje con anuncios concretos, mientras una docena de jefes de Estado participan este domingo en los debates para producir la declaración oficial de la cuarta cumbre entre los 27 países de la Unión Europea (UE) y los 33 países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), la ciudad colombiana de Santa Marta, el puerto caribeño que sirve como sede del encuentro, alberga en paralelo el foro empresarial que ha convocado la UE, el Gobierno de Colombia, CAF y el Grupo BID.
“Nos necesitamos mutuamente”, ha recordado en la apertura del evento en su ciudad natal Sergio Díaz-Granados, presidente ejecutivo de la CAF-Banco de desarrollo de América Latina y el Caribe. El evento, ha recordado, cobra especial relevancia por ser la primera ocasión en que la cumbre UE-CELAC se hace en el Caribe. Al evocar a otro ilustre compatriota y caribeño, el escritor Gabriel García Márquez, recordó que esa región debe ser comprendida en su rica diversidad. Hay que acercar a los dos bloques, y ensanchar ese relacionamiento, subrayó el abogado samario.

“Vivimos un mundo mucho más desbocado”, reconoció Díaz-Granados al destacar esta coyuntura como una “oportunidad única” para construir una relación con intereses recíprocos, en torno a ejes como la transición verde en una de las regiones más vulnerables al cambio climático, la transición energética, la interconexión con energías limpias y renovables, la consolidación de un bloque comercial amplio y ambicioso o las alianzas entre los distintos bancos de desarrollo. “Acercar y ensanchar nuestras regiones constituye un compromiso de varias generaciones”, destacó.
Esa alianza debe “transcender el comercio y la inversión”, aseguró a su turno la ministra de Comercio colombiana, Diana Morales, al invitar a construir conjuntamente una visión de comercio justo que debe incluir a los territorios y la economía popular en un nuevo modelo que responda a formas de cooperación “más horizontales”. La funcionaria del Gobierno de Gustavo Petro dio la bienvenida al “corazón del mundo”, haciéndose eco de la manera en que el presidente suele referirse a la Sierra Nevada de Santa Marta –y por extensión a toda Colombia–, por su significado espiritual para los indígenas kogui. “Este foro no es solo un espacio de diálogo, sino una plataforma de acción y compromiso”, subrayó.
“Queremos estar a vuestro lado. Y no de cualquier manera. Apostamos por crear riqueza con calidad, de forma respetuosa con las personas y los territorios, con las comunidades locales, más allá de estrategias cortoplacistas”, ha destacado la vicepresidenta ejecutiva para una Transición Limpia, Justa y Competitiva de la Comisión Europea, Teresa Ribera. “Hemos trabajado juntos, y a los dos lados del Atlántico hemos identificado programas, proyectos, inversiones, soluciones, bienes y servicios innovadores, rompedores, que benefician nuestras economías y nuestras sociedades”, señaló la española, al apuntar a dos ejemplos concretos: una herramienta digital para fisioterapia en Brasil que está cambiando el tratamiento de los pacientes portugueses o las empresas europeas que conectan comunidades remotas en la Amazonía.

Europa es el tercer socio comercial más grande y el mayor inversor en América Latina y el Caribe, ha recordado Ribera al anunciar que la UE está en condiciones invertir en distintos proyectos clave de interconexión. “Hemos identificado juntos más de 20 proyectos prioritarios, que suman alrededor de siete billones de euros de inversión”, explicó. En Colombia, los inversores europeos han identificado 170 proyectos de energía renovable de más de 30 gigavatios, dijo en un guiño al país anfitrión.
“Somos socios naturales. Hemos recorrido mucho camino juntos. Y tenemos aquí en Colombia una oportunidad única”, ha refrendado Nadia Calviño, la presidente del Banco Europeo de Inversiones (BEI). Las dos regiones representan más de mil millones de personas, el 14% de la población mundial y el 21% del PIB del planeta, ha recordado. Junto a la Comisión y el Consejo Europeo anunciarán un paquete de 1.000 millones de euros para impulsar la integración energética en Centroamérica. También anticipó la firma de 200 millones de dólares para un proyecto de plantas de energía solar fotovoltaica en Colombia, y la inversión de otros 100 millones en Ecuador para agua, saneamiento y gestión de residuos. “Europa es un faro en este momento para el mundo”, valoró Calviño. “Un faro de confianza, de estabilidad, de respeto y de valores democráticos. Y en esta cumbre, tenemos la oportunidad de reforzar nuestra alianza estratégica con los países de América Latina y el Caribe que comparten estos valores, que también son un faro para el mundo en este momento que vivimos”.

En las últimas seis décadas, el crecimiento anual promedio de la región es del 1,8%, recordó la economista Ana María Ibáñez, vicepresidenta de Sectores y Conocimiento del Banco Interamericano de Desarrollo. “Tenemos que crecer más, y tenemos todo para crecer más”, aseguró la colombiana. El crecimiento es clave para reducir la pobreza, subrayó. “El desafío central es crear más empleo formal”, abundó en su diagnóstico. “Nuestra visión es de dos regiones colaborando para aumentar el dinamismo y la innovación del sector privado”, añadió. Desde el BID, destacó, consideran que el acuerdo entre la UE y Mercosur “puede ser un instrumento poderoso de más inserción productiva, con mayor innovación, con mayor sostenibilidad y valor agregado para todos los países de ambas regiones”.
En el marco de la cumbre se han hecho sendos anuncios de inversiones. La víspera, CAF oficializó su decisión de destinar 40.000 millones de dólares para impulsar el crecimiento verde en América Latina y el Caribe en los próximos cinco años, una apuesta por la acción climática, la transición energética y la protección de la biodiversidad en la región. Esa noticia se produce también mientras la enorme conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, la COP30, tiene lugar en Belém de Pará, en la Amazonía brasileña.





