Los comerciantes de Barcelona quieren que las fuentes ornamentales de la ciudad luzcan mucho más, que disfruten de un mayor protagonismo, que como poco estén en funcionamiento unas cuantas horas más cada día. Porque las fuentes ornamentales y sobre todo sus chorros son como las luces de Navidad. A muchos les parecen un accesorio innecesario, un dispendio que no sirve para nada, pero en realidad a la postre y de un modo disimulado engalanan las calles y les dan lustre, hacen del espacio público un lugar mucho más amable, invitan al paseo ciudadano.
Después de un par de semanas de ajustes y reajustes, de llenarlas, comprobar sus fugas y desinfectar sus conducciones, los técnicos del Ayuntamiento procedieron este martes a enchufar los chorros de algunas de las más céntricas. La puesta en marcha de estas instalaciones será progresiva. Luego de un par de años y medio de parón resultado de las restricciones que trajo la sequía, las aproximadamente 330 fuentes ornamentales de Barcelona no terminará de recuperar la normalidad hasta mediados del año que viene.
Los ejes comerciales de los barrios quieren que sus fuentes sean tan mimadas como las del centro
La primera en lucir de nuevo sus chorros fue una de las más vistosas, la del parque de la Ciutadella, poco antes de las nueve de la mañana. Entonces, en muy poco tiempo, la explanada que queda justo enfrente dejó de ser otro lugar de mero paso del parque. De repente, todos los visitantes de la Ciutadella se detienen aquí un momento a fin de inmortalizarse con estos imponentes chorros dibujando alegres curvas a sus espaldas. El aire se antoja más festivo.

Reabren las fuentes ornamentales de Barcelona
“Se nota un montón –dicen un par de jóvenes ucranianos que ofrecen a los viandantes imprimir sus fotos de recuerdo en una suerte de diario de otra época–. Con los chorros levantándose, la gente tiene muchas más ganas de hacerse fotos”. “A nosotros es que siempre nos va súper bien, la verdad –dicen al otro lado de la barra del chiringuito aquí dispuesto, apenas dos horas después de la puesta en marcha de los chorros–, y ahora pues un poco mejor, porque la gente se para un poco más frente a la fuente, para hacerse sus fotos, mientras que antes tendían más proseguir su paseo. Los chorros son esos detalles que siempre van bien”.

Los chorros de la Ciutadella fueron los más madrugadores
Joan Mateu Parra
Más tarde, pasado el mediodía, unos tras otros, los técnicos municipales pusieron en marcha los chorros de la plaza Reial, los de las fuentes de la Gran Via con la calle Roger de Llúria, la rambla Catalunya y el paseo de Gràcia, las tres ubicadas en la plaza Catalunya y también la dos de la plaza dels Voluntaris Olímpics.
Obviamente la nueva fue muy aplaudida por los comerciantes del centro de la urbe. “Estamos encantados de que las fuentes ornamentales del centro de Barcelona vuelvan a funcionar –asegura Luis Sans, de la asociación de comerciantes Associació Passeig de Gràcia–, se trata sin duda de una noticia muy buena porque durante estos dos últimos años y medio la ciudad parecía un tanto dejada y abandonada”.

Las fuentes de la Gran Via también reanudaron su actividad
Joan Mateu Parra
“Las fuentes ornamentales deberían estar en funcionamiento durante las 24 horas del día –prosigue Sans–. Barcelona tiene que estar bonita todo el rato, también de noche, y no pensando únicamente en la gente que va a cenar, al cine, al teatro… también en que la que trabaja de noche y en la que se levanta muy temprano ¿por qué van a tener que tener una ciudad deslucida?”. A ellos también les pueden alegrar sus madrugones unos buenos chorros. Estos dispositivos acostumbran a funcionar de doce a dos y de cinco a nueve, salvo los del centro y algunos espacios considerados especiales, que lo hacen de manera ininterrumpida de doce a diez.
“La cuestión de los horarios de las fuentes se trata de un debate que Barcelona tendrá que abordar antes o después –apunta Gabriel Jené, de la asociación de comerciantes Barcelona Oberta, la entidad que agrupa los ejes comerciales más visitados de la ciudad–. La verdad es que ya llevábamos unos cuantos días pidiendo que las pusieran de nuevo en marcha. No tenía ningún sentido mantenerlas desactivadas. En realidad ello no suponía ningún ahorro destacado. Las fuentes ornamentales de Barcelona funcionan principalmente con aguas freáticas. Además, estas fuentes cuentan con circuitos cerrados y su gasto se limita a rellenar las aguas evaporadas o filtradas”.

Técnicos municipales realizando los últimos ajustes
Joan Mateu Parra
“A nosotros los que nos gustaría es que las fuente Màgica de Montjuïc se pusiera en marcha cuanto antes –señala Mònica Noguera, de la asociación de comerciantes de la calle Creu Coberta–, pero al parecer debido a sus obras de modernización no será posible hasta las fiestas de la Mercè. Tantas obras nos están haciendo pasar unos momentos complicados. Esperemos que el Ayuntamiento monte una reinauguración a la altura de las circunstancias”. Porque para los comerciantes de Creu Coberta la fuente Màgica es un polo de atracción de visitantes fundamental. “Multiplica nuestro público, más allá del local. Tenemos que aprovechar mucho más nuestras fuentres, la Màgica y todas las demás”.
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Y en los barrios también quieren que sus fuentes ornamentales disfruten de una mayor atención. Pròsper Puig, la Fundació Barcelona Comerç, la entidad que agrupa a los ejes comerciales de los barrios, celebra que el centro de Barcelona luzca ahora un poco más. “Tener un buen centro es algo que nos beneficia todos –asegura Puig–. Pero no tenemos que focalizarlo todo ahí y en los espacios emblemáticos. El Ayuntamiento tendría que repensar un poco muchas plazas, plazoletas y parques que tenemos en los barrios, para alimentar su uso vecinal. A ver cuándo ponen en marcha las fuentes de la biblioteca de Can Fabrà o le dan un repaso a las instalaciones del parque de la Pegaso. Está muy bien pensar en los visitantes, pero también tenemos que pensar en los vecinos que viven en esta ciudad. También tienen derecho a disfrutar de las fuentes de sus barrios”.
¿Y algunas luces más?
Luis Sans, representante de los comerciantes del paseo de Gràcia, aprovecha el tercio para dejar otra reivindicación sobre la mesa. “¿Y si mejoramos la iluminación ornamental de nuestros edificios singulares? –se pregunta el responsable de la casa de modas Santa Eulalia–. No tiene sentido que los desenchufemos a las diez de la noche. Con las nuevas tecnologías el coste de mantener encendida la iluminación de la torre Glòries durante una noche es de apenas 6 euros. Tendríamos que tener todos los edificios singulares encendidos hasta que salga el sol. De esta manera Barcelona luciría mucho más”.