En el Golfo San José, dentro del Área Natural Protegida Península Valdés, comenzó el monitoreo del Pulpito Tehuelche para su preservación en la Patagonia. El proyecto busca la generación de información relevante para contribuir al diseño de estrategias que aseguren su conservación.
El pulpito tehuelche (Octopus tehuelchus), es una especie emblemática del ecosistema costero-marino de la Patagonia y a pesar de la larga tradición pesquera del pulpito en Península Valdés, conocida como «pulpeo», aseguran que hay una escasa información sistematizada sobre su abundancia, dinámica poblacional y zonas críticas de reproducción.
Esta situación, sumada a la presión pesquera estacional con trampas, especialmente por parte de visitantes o pescadores inexpertos, representa una amenaza concreta para su sustentabilidad a largo plazo.
Por ello, los especialistas buscan monitorear esta especie en contextos protegidos, ya que resulta clave para generar datos científicos que respalden decisiones de manejo y regulaciones específicas.
La actividad, realizada en el Golfo San José – Área Natural Protegida Península Valdés, fue coordinada por el Foro para la Conservación del Mar Patagónico y Áreas de Influencia, con el equipo técnico de WCS Argentina y Fundación Vida Silvestre Argentina, los especialistas del IBIOMAR (CCT CONICET – CENPAT), el Gobierno de la Provincia de Chubut a través del Ministerio de Turismo y Áreas Protegidas y la Secretaría de Pesca.
El objetivo principal fue capacitar a personal de las instituciones provinciales en el monitoreo de esta especie promoviendo así la generación de información relevante para contribuir al diseño de estrategias que aseguren su conservación.
Nicolás Ortiz, investigador experto en esta y otras especies de pulpo y actual Director del Cenpat Conicet nos cuenta sobre la actividad: “Brindamos esta capacitación junto con la Dra. Silvina van Der Molen en la cual transferimos herramientas conceptuales y metodológicas de campo estudiadas y desarrolladas en el CCT CONICET-CENPAT durante los últimos 40 años. El objetivo particular de esta etapa consistió en que las autoridades de aplicación puedan monitorear la actividad de desove como indicador del estado de salud de la población del Pulpito tehuelche, un recurso pesquero emblemático en la Patagonia, en particular en el Golfo San José.”

Las metodologías utilizadas en este proyecto permitirán evaluar aspectos reproductivos, migraciones estacionales, y efectos de las diferentes formas de pesca sobre la población.
Julieta Campagna, investigadora de WCS Argentina, contó: “Con esta actividad, al igual que con el resto de las capacitaciones y monitoreos que venimos llevando adelante en el marco del proyecto MaRes, buscamos no sólo enseñar las metodologías de monitoreo sino también transmitir la importancia de sostener los relevamientos a largo plazo para contribuir con la conservación y protección de las especies así como con la buena gestión del área protegida.”
Generar y sistematizar información científica sobre especies como el pulpito tehuelche permite avanzar hacia normas de manejo sustentable, que reconozcan las prácticas tradicionales responsables y mitiguen los impactos de actividades extractivas no reguladas.
Cómo es el Pulpito Tehuelche
El pulpito tehuelche es un pulpo de tamaño reducido, que habita zonas intermareales y submareales poco profundas, refugiándose en grietas y cuevas rocosas durante el día y saliendo por la noche a alimentarse.
A pesar de su pequeño tamaño, los adultos alcanzan entre 20 y 25 cm, cumple un rol ecológico fundamental: es depredador activo de crustáceos, moluscos y anélidos, y al mismo tiempo, presa de peces, aves y mamíferos marinos.

Este particular pulpo es endémico de América del Sur, se distribuye por la costa del océano Atlántico desde el sur de Brasil hasta el Golfo San Jorge en la Patagonia Argentina, y está estrechamente ligado a los ecosistemas bentónicos, es decir asociados al fondo, de los golfos norpatagónicos.
Presenta un único ciclo reproductivo en su vida, durante el cual las hembras desovan y cuidan las puestas antes de morir, por lo que su conservación requiere una especial atención durante los períodos de reproducción y desove, que ocurren entre otoño e invierno.