La dictadura fascista de Francisco Franco se basó en una represión de enorme magnitud y brutalidad, situándose entre los regímenes más crueles del mundo. Según el último recuento oficial del Gobierno español, entre 114.000 y 140.000 personas siguen desaparecidas desde el franquismo, cifra que supera ampliamente la suma de los desaparecidos en las dictaduras de Chile, Argentina, Perú y Guatemala. Datos oficiales de instituciones como el Instituto de Derechos Humanos de España (INDH), la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP) y la Dirección General de Búsqueda de Personas Desaparecidas (DGBPD) confirman esta cifra. Además, el Estado español es el que más fosas comunes documentadas (2.567) tiene en Europa, y el caso es especialmente sangriento, según la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, ya que no existen investigaciones oficiales sobre estos hechos.
La represión de las fuerzas franquistas fue masiva desde el inicio. Se calcula que entre 130.000 y 150.000 personas fueron ejecutadas o asesinadas sumariamente, según un informe conjunto de la UNED y la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM). Solo durante la Guerra Civil (1936-1939) se estima que asesinaron a unas 100.000 personas en la retaguardia controlada por los sublevados fascistas. El terror no cesó tras el fin de la guerra: en abril de 1939, oficialmente había más de 270.000 presos en cárceles, 500.000 personas en campos de concentración, 90.000 en batallones de trabajo y 47.000 en batallones disciplinarios, según documenta Anthony Beevor en su libro The Battle for Spain.
Las comparaciones internacionales son también significativas, situando la brutalidad del franquismo en una liga aparte. Mientras la dictadura de Augusto Pinochet en Chile dejó 3.227 asesinados y desaparecidos, y la de Argentina está asociada a unas 30.000 desapariciones (según los cálculos de las agencias mencionadas), la dictadura española registra un mínimo de 114.266 desaparecidos verificados. En Europa, durante la dictadura de António de Oliveira Salazar en Portugal (42 años) fueron asesinadas unas 200 personas y hubo menos de 30.000 presos políticos (según el historiador y ex preso político José Pedro Soares), y la dictadura fascista italiana confinó a unas 15.000 personas. Según el historiador Vincenç Navarro, por cada asesinato cometido por Mussolini, Franco cometió 10.000.
El aparato de terror del franquismo se prolongó durante varias décadas mediante la institucionalización de la tortura y una red masiva de centros de detención. Investigaciones recientes y los archivos de los campos de concentración franquistas documentan que entre 1936 y 1947 funcionaron unos 298 campos de concentración. Los historiadores señalan que la tortura fue una práctica sistemática, especialmente aplicada por la Brigada Político-Social. Hoy en día, pese a las exhumaciones, los cálculos del Gobierno español indican que solo se podrán recuperar entre 20.000 y 25.000 cuerpos, dejando a decenas de miles en el olvido.





