Dicen que los marineros tienen un amor en cada puerto. Los fenicios, los primeros grandes navegantes del Mediterráneo, no fueron, sin embargo, los ideólogos de esa frase hecha. Según una nueva investigación, esta antigua civilización marítima del Levante que estableció decenas de puestos comerciales por toda la costa mediterránea no estaba estrechamente emparentada genéticamente con los habitantes de sus colonias.
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