Estudios recientes arrojaron luz sobre la evolución y las características de dos especies de dinosaurios que habitaron en la región de la Patagonia argentina. Una de ellas se llama Bonapartenykus ultimus: los ejemplares vivieron hace 70 millones de años y eran pequeños terópodos alvarezsáuridos del Cretácico tardío.
La otra especie se conoce como Bagualia alba, un saurópodo gigante del Jurásico temprano que habitó en Patagonia hace 179 millones de años.
Los resultados de los trabajos sobre sus restos fósiles no solo amplían el conocimiento sobre la anatomía y el comportamiento de esas especies, sino que también destacan la importancia de la región patagónica como un epicentro para la paleontología mundial.
Cómo era Bonapartenykus ultimus
El nombre de Bonapartenykus ultimus significa «Última garra de Bonaparte«. Es la única especie conocida de su género y fue identificado a partir de restos fósiles hallados en la Formación Allen, en el territorio de la provincia de Río Negro.
Este dinosaurio vivió hace aproximadamente 70 millones de años, entre las etapas Campaniense y Maastrichtiense del período Cretácico.
Su nombre rinde homenaje al destacado paleontólogo argentino José Bonaparte, mientras que el término «ultimus» hace referencia tanto a su posición temporal como el último miembro conocido de su familia como a la época en la que habitó.
En diálogo con Diario RIO NEGRO, el paleontólogo Jorge Meso, becario posdoctoral del CONICET, contó que hizo la investigación sobre esa especie de dinosaurio como parte de su tesis doctoral.
Los restos analizados, un conjunto de 70 fósiles recolectados entre 2003 y 2004, se encuentran actualmente en el Museo Patagónico de Ciencias Naturales de Roca, en Río Negro. Aunque inicialmente estos huesos habían sido clasificados como pertenecientes a una especie indeterminada de alvarezsáuridos, en 2012 un equipo de investigadores los identificó formalmente como Bonapartenykus ultimus.
El análisis detallado permitió describir aspectos anatómicos previamente desconocidos de esa especie, que medía entre 3 y 3,5 metros de longitud. Según Meso, se obtuvieron datos clave sobre el cuello, el tronco y la cola, así como sobre su capacidad de locomoción.
«Desde que se encontraron originalmente los alvarezsáuridos, se especuló que eran animales cursoriales, es decir, con gran capacidad para correr. Estos elementos analizados nos ayudaron a comprender cómo era su miembro posterior, lo cual permitió sustentar la hipótesis», explicó el investigador.
Este descubrimiento refuerza la idea de que los alvarezsáuridos estaban adaptados para la velocidad, lo que probablemente les brindaba ventajas en su entorno.
Bagualia alba: un gigante del Jurásico temprano
El estudio del Bagualia alba, liderado por Kevin Gomez, también becario del CONICET, se centró en el análisis del cráneo más completo de un eusaurópodo del Jurásico temprano encontrado hasta la fecha.
Ese dinosaurio habitó la región de la actual Patagonia hace aproximadamente 179 millones de años y sus restos fueron recuperados en la localidad de Cañadón Bagual, cerca del Cerro Cóndor, en la provincia de Chubut.
Las excavaciones, realizadas entre 2007 y 2009 por el Museo Paleontológico Egidio Feruglio (MEF), permitieron identificar a este saurópodo como uno de los primeros representantes de los gigantes del clado Eusauropoda. El análisis del cráneo reveló características anatómicas que lo diferencian de sus ancestros sauropodomorfos.
Según detalló Gomez, en base al análisis del cráneo de Bagualia alba, el dinosaurio tenía narinas retraídas, mandíbulas en forma de «U» y dientes anchos con forma de cuchara recubiertos por un esmalte grueso.
Estas adaptaciones indican que la especie estaba preparada para consumir vegetación dura y rica en fibra, lo que marca una transición evolutiva respecto a los sauropodomorfos más pequeños, que se alimentaban de plantas blandas.
El cambio en la dieta habría permitido a los saurópodos explotar recursos vegetales inaccesibles para otros herbívoros.
El reciente estudio sobre Bagualia alba incluyó una descripción osteológica detallada y una comparación con otros saurópodos de épocas similares.
Además, se realizó un análisis filogenético que aportó nueva información sobre las relaciones evolutivas de los sauropodomorfos. Con una longitud aproximada de 12 metros y un peso de 10 toneladas, Bagualia alba representa uno de los primeros pasos hacia los tamaños colosales que caracterizarían a los saurópodos en períodos posteriores.
Su fósil no solo es el más completo de su tipo a nivel mundial, sino que también proporciona información crucial sobre los cambios morfológicos que experimentaron los saurópodos en su transición hacia tamaños gigantes.
Relevancia global
Ambos estudios subrayan la relevancia de la región patagónica como un área clave para la paleontología mundial. Los fósiles de Bonapartenykus ultimus y Bagualia alba no solo amplían el conocimiento sobre la anatomía y el comportamiento de estas especies, sino que también ofrecen una ventana al pasado evolutivo de los dinosaurios. Los resultados podrían servir como base para futuras investigaciones sobre la diversificación y adaptación de los dinosaurios a diferentes entornos ecológicos y consolidan a la Patagonia como un tesoro científico de alcance global.
