Por suerte, hoy en día, todos los coches llevan el aire acondicionado incorporado de serie. Ya hace décadas que este sistema dejó de ser un extra para convertirse en algo habitual, lo mismo que la dirección asistida, el elevalunas automático o el sistema de frenado antibloqueo (ABS). Así, en los días más calurosos, todos nos hemos acostumbrado a accionar el aire acondicionado como si fuera un acto reflejo y sin caer en la cuenta de que ponerlo en marcha justo al subirnos puede suponer un gasto extra.
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