
Barcelona
De manera muy excepcional, afortunadamente, los psiquiatras forenses se enfrentan individuos con los cuatro rasgos de la personalidad que corresponden a la denominada tétrada oscura: narcisismo, maquiavelismo, psicopatía y sadismo. El doctor Angel Cuquerella sostuvo ayer en la Audiencia de Barcelona que Montserrat Nin, la mujer que se juzga por asesinar y torturar a Aleix Álvarez Prieto, cumple a rajatabla ese patrón de conducta. Es algo más que maldad, aseguró el especialista, es una manera de ser que no exime de la responsabilidad ni de la voluntad de sus actos.
En la recta final del juicio, y tras la durísima sesión del miércoles de cinco horas oyendo y viendo la destrucción humana de la víctima, los miembros del jurado escucharon a los psiquiatras que evaluaron a la acusada. Se entrevistaron con ella en cinco ocasiones, suficientes para hacer un diagnóstico que ponía los pelos de punta.

Montserrat Nin, juzgada en la Audiencia de Barcelona
Mayka Navarro
La aspirante a mosso es lo que se denomina tétrada oscura o, en términos no científicos, la pura maldad
El psiquiatra destacó la mitomanía de la acusada, con tendencia a fabular, a mentir, con una gran capacidad de manipulación y un ausencia real de arrepentimiento y de culpa. Con capacidad para adoptar conductas de acoso y necesidad de controlar a las personas “por las buenas o por las malas”, añadió. En cualquier caso, nada de lo que le ocurre se puede definir como enfermedad mental, siendo plenamente consciente no solo del daño que provoca, sino que además disfruta ocasionándolo. La tétrada oscura, aseguró el doctor, se asocia en términos vulgares a la “maldad”, pero no es un concepto técnico.
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Antes, el jurado soportó con gestos de horror las imágenes de la autopsia. Quedo constatado que la víctima no había consumido ningún tipo de sustancias tóxicas previamente. Y el cadáver reveló a los forenses las continuas torturas a las que fue sometido en los apenas tres meses que convivió con la acusada, antes de morir. Heridas, lesiones producto de golpes, arañazos o cortes que cubrían prácticamente toda la cabeza, brazos y espalda.