Fue un adiós con entrañable nostalgia. No prevaleció la voz de nadie, solo la del sacerdote que dio el responso de despedida a Luis Felipe Yuyo Noé en el cementerio de la Recoleta, donde la familia Noé tiene su propia bóveda. Noé falleció este miércoles en Buenos Aires a los 91 años.
Más de cuarenta artistas, junto a curadores, directores de museos, familiares, amigos y colaboradores despidieron en silencio al maestro que fue, sobre todo, el ejemplo de la libertad en el arte.
Entre otros, acompañaron el féretro del gran artista, Pablo Siquier, Daniel Santoro, Marcia Schwartz, Facundo de Zuviría, el presidente de la Academia Nacional de Bellas Artes, Sergio Baur; el presidente de la Fundacion Konex, Luis Ovsejevich; el rector emérito de la Untref, Aníbal Jozami; Eduardo Stupía, Tulio de Sagastizábal, Jorge Pietra, Candelaria Palacios, Silvia Rubinson, María Laura Monti, Susana Rodríguez.
También estuvieron a galeristas como Mariana Povarché y María Basile, de Rubbers; Daniel Maman, Amparo Discoli y Gabriela Van Riel, entre muchos otros que caminaron en silencio el trayecto hasta la bóveda de la familia Noe, donde desde este viernes descansa el artista de los colores vibrantes.
Un recuerdo para Nora
El cura José María Ruiz Díaz, primo de Gaspar Noé y Paula Noé Murphy –los hijos de Yuyo– ofició la ceremonia y recordó especialmente a Nora, la fallecida esposa de Luis Felipe Noé, con quien “ahora por fin se reencuentran para siempre”. Fue el único momento de un respetuoso aplauso.
Cementerios de Recoleta. Archivo Clarín.Según testigos que estuvieron en el tributo final a Yuyo Noé fue “increíble la atmósfera de respeto y afecto que todos expresaron por Yuyo. Nada fue altisonante. Todo fluyó con empatía y pena por su partida”, comentaron a Clarín.
“Tuvimos la sensación de que a Yuyo Noé solo lo despidieron amigos. No hubo gente de compromiso que buscara la foto. Fue lindo ver a los artistas abrazándose en un clima de afecto, con la familia y en comunidad, todos juntos”, dijo otra asistente todavía conmovida por ese adiós afectuoso.
Así se despide a los maestros que siembran a lo largo de sus vidas. Con silencio, afecto y gratitud.
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