“Un amor de verano” es una película de 1982 criticada en su momento por tener sólo actores bellos en paisajes ídem, pero que ahora ha sido revalorizada. Dirigida por Randal Kleiser narra la historia de una pareja que va de vacaciones a una isla griega. Allí, él queda encandilado por una arqueóloga francesa y se lo confiesa a su novia. Ella, pese a lo que se esperaba, entabla también una relación profunda con la nueva mujer. Y son tres. Y parecen ser felices. La banda sonora, con canciones de Elton John y de Tina Turner resulta imperdible.
Un filme diferente es el clásico mexicano de 1950 “La casa chica”, dirigido por Roberto Gavaldón con la actuación de Dolores del Río. Amalia, la protagonizada, recuerda cuando un antiguo compañero de la Facultad de Medicina se enamoró de ella -llegaron a trabajar juntos – y le prometió volver a buscarla a su pueblo luego de romper un compromiso anterior. Pero como suele suceder, lo que se dice es una cosa y lo que se hace, otra.
Entre los clásicos estadounidenses figura “Dos mujeres y un amor”, (1939) de John Cromwell, con Cary Grant como el actor central. Él se enamora de Julie, pero hay un inconveniente: está casado -en un matrimonio por interés- con una mujer pérfida que hará todo lo posible para no otorgarle el divorcio.