Después de pasar más de tres meses dentro de la casa más famosa del país, Lucía Patrone se convirtió en la última eliminada de Gran Hermano (Telefe). A sus 19 años, y con una inesperada popularidad que no para de crecer en redes sociales, comienza a procesar lo que vivió en el reality y acomodarse nuevamente a su rutina. «Todavía siento que no salí del todo, sigo con la cabeza allá«, confiesa en una charla íntima con GENTE.
En esta entrevista, la joven habla de la experiencia de volver al mundo real, de cómo fue el acuerdo que hizo con Lauty Gram, el cantante e influencer con quien inició una relación antes de entrar al programa, y del nuevo vínculo que construyó con su independencia.

Además, revela cuál es su gran sueño profesional y por qué, pese a los miedos, se sintió orgullosa de haber sido ella misma durante toda su estadía en la casa.
La «extraña sensación» de Lucía fuera de Gran Hermano
—¿Cómo fueron estos primeros días?
—Yo todavía tengo la cabeza dentro de la casa. Todavía no salí mucho a la realidad. Ya tengo el celu, estoy viendo videos, pero me siento rara. Es una locura volver a la rutina. Estando ahí adentro te acostumbrás a eso. Yo sentía que la cama en la que dormía era la mía… Cada lugar era parte mío.
—¿En las primeras salidas al exterior tuviste sensaciones raras?
—¡Sí! Me pasó que cuando salí del hotel estaba en la calle y me sentía bajita porque veía a los edificios muy grandes. Era raro estar viendo el exterior. Lo que pasa es que uno dentro de la casa se acostumbra a mirar siempre lo mismo y no ves nada de afuera porque las paredes son muy altas…

Cómo fue la charla con Lauty Gram antes de entrar a Gran Hermano
—¿Esperabas ser eliminada?
—No me preguntes por qué, pero sentía que me iba. Me daba miedo salir porque fue mucho tiempo y no sabía qué onda… No sabía cómo estaban las coas afuera ni qué decían de mí.
—¿Qué era lo que más te preocupaba?
—Obviamente mi familia, pero sabía que estaban bien. Me preocupaba mucho mi novio la verdad.

—¿En qué aspecto te preocupaba tu novio?
—Con él habíamos tenido una charla de que me iba a esperar. Uno ahí adentro se hace la cabeza por todo. Además, había soñado que él no estaba más conmigo… Me levantaba con gusto amargo. Dentro de la casa te hacés la cabeza por todo.
—¿Hace cuánto tiempo estás en pareja con Lauty?
—En realidad no es mi novio… O sea, no estuvo la pregunta pero está conmigo. Antes de entrar estábamos hacía cuatro meses.
—¿Cómo fue la charla cuando le dijiste que ibas a entrar a Gran Hermano?
—Lo senté y le dije: «Che, mirá, pasa esto, pero yo quiero estar con vos». Él me dijo que también quería estar conmigo. Yo le dije que si estábamos juntos y me iba a apoyar, no iba a entrar en la casa si él hacía la suya afuera. Le dije que si estábamos juntos yo iba a contarlo. Estuvo de acuerdo.

—¿Hicieron algún tipo de acuerdo? ¿Podían estar con otras personas?
—No, no. Yo estaba muy convencida de que quería estar con él por más que estuviera dentro de Gran Hermano. Acordamos estar juntos y él me re bancó. Eso me pone muy feliz.
—¿Esperabas que te bancara tanto?
—¡No! No es que no confiara, pero al estar adentro sentía que era muchísimo tiempo. No sabía si afuera se sentía así de extenso. Yo me preguntaba si él se la bancaba o si me estaba mirando. Siempre que tenía una cámara le mandaba un saludo. Estoy muy orgullosa y agradecida de que me haya esperado. Aparte lo vi en notas y hablaba re bien de mí. Eso me enamora más.

—Te moriste de amor cuando saliste y viste eso…
—Y si. Él decía cosas muy lindas. Me sorprendí mucho. Tenía dudas e inseguridades normales. Es algo lógico. Me saco el sombrero realmente.
El gran cambio de vida que le generó Gran Hermano
—En estos días ya volvés a tu vida normal…
—¡Sí! Deseo mucho estar con mi familia y mi novio. Quiero estar con ellos a solas y en mi casa. Necesito mucho de mi familia la verdad. Quiero saber qué piensan. No sé nada.
—¿Seguías viviendo con tus papás?
—Sí, yo era muy de ellos. Mi mamá me planchaba el pelo…

—¿Cómo fue el cambio al entrar a Gran Hermano?
—Me sorprendí porque no confiaba mucho en mí misma y necesitaba a mis papás para todo. Me di cuenta que pude sola en todos los sentidos. Yo estaba muy acostumbrada a consultarle todo a ellos. Fue un crecimiento personal. Aprendí y me hizo crecer un montón. Tengo otra cabeza. Enfrentás a fantasmas propios.
—Hablás mucho de tus papás, ¿cómo es la relación con ellos?
—Es hermosa. Son mis mejores amigos. Con ellos puedo hablar todo. Siempre fue así… Ellos confían en mí y me apoyaron mucho en esta etapa. Me pone muy feliz…
Lucía Patrone habla sobre su gran sueño y su referente
—¿Siempre cantaste?
—Te digo la verdad: no es que nací diciendo que iba a ser cantante. A mis catorce años empecé a tocar el ukelele. Aprendí mirando por YouTube. Empecé a hacer covers y compartirlo en redes sociales. Ahí me di cuenta que era mi pasión. Gracias a eso empecé a estudiar piano, guitarra y sigo estudiando canto.
—¿Quéres dedicarte profesionalmente al canto?
—Yo me quiero dedicar a eso. Mi sueño hoy en día es ser cantante. Mi referente es Emilia Mernes. La amo y admiro. Todo lo que tiene que ver con lo artístico me encanta. Yo ya tengo canciones en plataformas y apenas pueda voy a volver a grabar.

—¿Siempre fue tu primera opción ser cantante?
—¡Sí! Cuando terminé el colegio me tomé un tiempo sabático. Si en un tiempo no me iba bien con la música o las redes iba a ponerme a estudiar. Me hubiese gustado ser piloto de avión, pero es una carrera muy cara.
—¿Cómo fue la repercusión de la gente en estos meses?
—No vi nada negativo… Me encantó todo lo que vi. Sentí mucho apoyo. Lo que ellos vieron fue lo que quise mostrar. Me enorgullece conmigo misma porque fui yo misma y no fingí nada. Estoy tratando de caer en todo lo que está pasando. Entré con 40 mil seguidores y ahora tengo más de 600 mil.
Fotos: Chris Beliera.