
Después de una semana marcada por el frío extremo y varios récords históricos, la Ciudad de Buenos Aires atraviesa un cambio abrupto en el estado del tiempo. Desde el jueves 3 de julio, cuando el viento cambió de dirección y comenzó a soplar desde el norte, la temperatura fue en ascenso, y para los próximos días se anticipan valores atípicamente altos para esta época del año.
El lunes 7 de julio, cerca de las 15 horas, el termómetro marcó 20,5°C en la Ciudad de Buenos Aires, una cifra que no se corresponde con los registros típicos de pleno invierno. El fenómeno no fue aislado: muchas personas circularon en remera de manga corta por las calles porteñas, en contraste con los abrigos gruesos que habían dominado la semana anterior.
Según explicó Cindy Fernández, comunicadora del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), en diálogo con Infobae, “esta semana no hay frentes de aire frío que estén impactando y los centros de alta presión sobre el océano Atlántico favorecen al viento norte sobre gran parte del país”. Esta configuración atmosférica es clave para entender el ascenso térmico generalizado, especialmente en el centro y norte del país.
El mapa oficial del SMN para la semana del 8 al 14 de julio de 2025 refleja este panorama. Como puede verse en la imagen, gran parte de la región central presenta temperaturas medias entre los 14 y 18 grados, mientras que en el norte se prevén máximas que incluso podrían superar los 25 °C. En Chaco, Formosa y sectores del NEA, se alcanzaron ya valores de entre 24 y 27 grados, cuando lo habitual en esta época ronda entre 20 y 25 °C, según precisó Fernández.

La situación contrasta de manera tajante con lo ocurrido apenas unos días antes. Durante la ola de frío polar que cubrió el país desde fines de junio, se registraron temperaturas extremas, como los -12,6 °C en Trelew, una de las marcas más bajas del invierno. Esa masa de aire de origen antártico primero afectó a la Patagonia, luego se desplazó hacia el centro del país y más tarde llegó al norte, generando nevadas y aguanieve en lugares poco usuales, como Buenos Aires, Córdoba y Mendoza.
Pero a partir del jueves 3, la tendencia comenzó a revertirse. El SMN ya había advertido sobre este cambio de escenario: el avance del viento norte reemplazó la circulación del sur y las temperaturas empezaron a escalar paulatinamente. Para esta semana, el organismo prevé valores normales para julio o levemente superiores en algunos puntos, sobre todo en la zona central y el Litoral.
En paralelo, se mantendrán ciertas condiciones de inestabilidad atmosférica. Se detectaron bancos de niebla y neblinas en sectores de Córdoba, Santa Fe y el norte bonaerense, acompañados por lluvias y tormentas dispersas. Estas condiciones podrían repetirse en los próximos días, aunque sin afectar significativamente la tendencia térmica.
Para la Ciudad de Buenos Aires, el SMN estima que las temperaturas medias estarán unos cuatro grados por encima del promedio histórico, tanto en esta semana como en la siguiente. Este fenómeno se enmarca dentro de una proyección trimestral que indica una mayor probabilidad de valores normales o superiores a lo normal en amplias regiones del país, incluyendo el NOA, Cuyo, el centro, el sur del Litoral, Buenos Aires, La Pampa y la Patagonia.

Eso sí, el organismo aclara que a pesar de estas condiciones templadas, no se descartan nuevas irrupciones de aire frío. El informe señala que podrían producirse descensos significativos de temperatura, especialmente en el centro y norte del país, como consecuencia de futuros frentes fríos.
Estos eventos, aunque puntuales, no son captados por los modelos estacionales utilizados para el pronóstico trimestral.
Mientras tanto, solo en sectores de la Patagonia podrían registrarse heladas durante esta semana. El resto del país se mantendría con valores más elevados, lo cual genera un ambiente inusual para la época y favorece jornadas con temperaturas que recuerdan más a la primavera que al invierno.
El SMN recomienda seguir de cerca los pronósticos diarios y las alertas meteorológicas, especialmente ante eventos extremos de corta duración que podrían alterar el patrón general. Aunque los registros actuales son más benignos que los de la semana anterior, el comportamiento del clima en invierno puede presentar variaciones repentinas.