Thomas Allen McCartney, de 37 años, recibió 40 años de prisión y será sometido a castración bajo la nueva ley estatal. El fallo reavivó el debate internacional sobre la severidad de las penas para agresores sexuales.
La Justicia del estado de Luisiana dictó una sentencia inédita al condenar a Thomas Allen McCartney, de 37 años, a 40 años de prisión y a la castración física y química por intentar violar a una niña de siete años. La medida se aplicará en el marco de la nueva legislación que entró en vigencia en agosto de 2024 y convierte a Luisiana en el primer estado estadounidense en autorizar la castración quirúrgica a agresores sexuales de menores, siempre con consentimiento del condenado.
La declaración de culpabilidad se produjo el 18 de agosto en la parroquia de Vernon, y la sentencia se dictó el 19. McCartney aceptó expresamente el procedimiento como parte de un acuerdo judicial. Según la Fiscalía, el hombre fue arrestado en 2023 cuando la madre de la víctima lo sorprendió durante el ataque, en el que amenazaba con un arma a la niña.
McCartney ya estaba registrado como delincuente sexual de nivel tres en Luisiana y tenía antecedentes por intentos y abusos sexuales graves desde 2006, incluidas condenas por ataques a menores de 12 años. “Se trata de un depredador que debe ser apartado del resto de la comunidad”, afirmó el fiscal de Vernon, Terry Lambright.
La castración química utiliza fármacos para reducir las hormonas sexuales y la libido, mientras que la física implica la extirpación de los testículos para detener su producción. La combinación de ambas penas, inédita en Estados Unidos, reavivó el debate global sobre si constituye un castigo “cruel e inusual” o una herramienta eficaz para prevenir reincidencias.
Además de Luisiana, países como Madagascar, Nigeria, Suiza, Canadá y República Checa contemplan la castración física en casos de delitos sexuales, aunque siempre bajo consentimiento del acusado. En Francia, la práctica se limita a la castración química y solo a pedido del condenado.