
Esplugues de Llobregat
Una veintena de personas, con una amplia mayoría de señoras y alguna joven, se reúnen en el centro de información y recursos para mujeres Vil·la Pepita de Esplugues de Llobregat. Ya es de noche. El objetivo del encuentro es dar un paseo en el que ellas irán detectando puntos de la vía pública en los que no se sienten seguras. También comentarán propuestas para mejorar dichos lugares. Además de dos dinamizadores de la actividad, les acompaña una representación del Ayuntamiento, impulsor de la iniciativa, encabezada por el alcalde, Eduard Sanz: “Cuando encontramos puntos negros tratamos de actuar de forma inmediata aunque sea poniendo unos focos. Es imposible ir tan rápido cuando la demanda es cambiar la iluminación de toda una calle”, sostiene.
Y es que sí, la gran mayoría de demandas versan sobre la falta de luz en las calles. “Las zonas oscuras son las más peligrosas”, considera Lydia Díaz, una joven colaboradora de Protecció Civil que acude a esta marcha exploratoria como ciudadana. También porque quiere sumar el conocimiento de otras mujeres para su voluntariado. Díaz pone un ejemplo: “Vivo entre dos calles perfectamente iluminadas, pero justo en el cruce hay como un pequeño parque tan oscuro que da miedo. Eso con un foco se solucionaría”.
La mejora de la iluminación de las calles es la demanda más recurrente, pero no la única
El asunto no solo va de farolas, sino también de su colocación y del tipo de luz que emanan. Por poner un ejemplo, de nada sirve la iluminación si se ve tapada por un árbol que ha visto crecer su copa. “Me da más seguridad la luz más blanca que la cálida “, añade Díaz. Otras reclaman simplemente más intensidad de la luz y dobles farolas que iluminen una calle por completo y no solo un punto. Al pasar por el campo de fútbol del Can Vidalet, algunas de las presentes afean que lo que realmente ilumina la vía son los focos del estadio. Así que cuando se acaben los entrenamientos, todo aquello quedará oscuro.

Algunas de las participantes del paseo nocturno
Joan Mateu Parra
“Realmente, en Esplugues cumplimos toda la reglamentación sobre iluminación”, tercia Claudia Acebrón, concejal de Espai Públic del Ayuntamiento. “Pero estas marchas nos van muy bien para mejorar”, reconoce la edil. No es la primera vez que se hacen.
La luz es el tema más recurrente, pero no el único. Durante el paseo también se habla de perros que van sueltos en parques, de la forma de algunos portales…
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“A mi un aspecto que me da seguridad es la existencia de comercios”, señala Tatiana Borrallo, otra de las vecinas que acuden al encuentro. Carmen Sánchez, también asistente, coincide con su compañera. “Al final la seguridad nos la damos entre todos. Si hay más vida, hay más seguridad”, reflexionan sobre el comercio de barrio, que no atraviesa su mejor momento en las ciudades.

La ruta seguida y los elementos para evaluar su seguridad
Joan Mateu Parra
Cuatro días después de dicha marcha exploratoria, fuentes del Ayuntamiento de Esplugues informan que, a raíz del paseo, en la calle Sant Salvador se han girado todas las luminarias para paliar la oscuridad de la acera, en la calle Lleialtat se han pedido dos difusores que estaban rotos, se ha informado al Àrea Metropolitana de Barcelona de un fallo en numerosas luminarias del parque de la Solidaritat y, en la plaza del Sol, se ha cambiado un foco fundido y se han limpiado tres puntos de luz que estaban muy sucios. Otras medidas tardarán más en llegar.