Jesús Cintora ha vuelto a televisión. Ha estrenado esta semana Malas lenguas (La 1 y La 2, 19 horas) en Televisión Española, de donde fue defenestrado hace cuatro años con la supresión de Las cosas claras , su programa de entonces. Durante este tiempo, Cintora ha publicado libros e impartido conferencias por toda España denunciando presuntas conspiraciones mediático-políticas muy oscuras contra su trabajo periodístico.
La labor periodística de Jesús Cintora viene estrechamente vinculada a la actualidad política y social, con denuncia de sus aristas más lacerantes. A Cintora le interesa, verbigracia, el juicio en Catarroja a la consejera de Emergencias del Gobierno Mazón, le interesa la huelga de Bridgestone por los despidos masivos, le interesa la movilización de los mineros, el viaje de Pedro Sánchez a China, el cierre de una residencia geriátrica de los horrores en Málaga… Son asuntos fuera de la moda del entretenimiento, asuntos más medulares que espumosos. Ahí radica el reto de Cintora: que el telespectador siga su mirada y le crea. Es lo que le pone a Cintora, ahí se la juega.
Jesús Cintora regresa a la televisión de denuncia, y su reto será que el telespectador siga su mirada crítica y la crea
Otra cosa será lo que registren luego los audímetros. Pero, al margen de los registros de audiencia, es muy defendible que nuestra televisión pública estatal brinde a un periodista con criterio propio un espacio de dos horas al día para informar sobre cuestiones de alcance y alentar la conversación pública. Que esto se haga con una mirada más o menos distante o con una mirada más o menos combativa dependerá del conductor del programa… y la mirada de Cintora es claramente combativa.
Una mirada incisiva y afilada y que el programa intenta dulcificar con pinceladas de humor en su mesa de debate (Raquel) y en secciones que son innecesarias –a mi juicio–, si bien se argumentará en mi contra que permiten al telespectador un respiro entre denuncia y denuncia, entre desbarre político y desespero social. Bueno, de acuerdo.
Malas lenguas se hermana en sus propósitos con otros dos programas de base informativa emitidos desde la televisión privada, cuales son El intermedio (La Sexta) y Todo es men tira (Cuatro): hoy quizá no lo advertimos, pero en un futuro seguro que nos diremos que en el 2025 las tardes televisivas se entretuvieron con materiales de la política y que no fueron tan malos tiempos para el periodismo. – @amelanovela