Marcos Rojo, de 35 años, cerró su ciclo en Boca Juniors tras rescindir de mutuo acuerdo su contrato, que estaba vigente hasta diciembre. Con un rol cada vez más reducido en el plantel y tensiones crecientes con cuerpo técnico y dirigencia, el defensor puso fin a su etapa como capitán y referente del club.
En cuestión de horas, Racing Club aceleró las gestiones: el jugador se realizó la revisión médica y firmó contrato con la Academia. El vínculo es por productividad, una modalidad pensada para compensar su irregular historial reciente de lesiones y suspensiones.
Sebastián Saja, director deportivo, describió la llegada de Rojo como “una oportunidad de mercado” y destacó su experiencia, trayectoria y capacidad de liderazgo, cualidades que considera fundamentales para la Copa Libertadores. Según reveló, lo que más lo sorprendió fue la predisposición del jugador: “Quiero jugar la Libertadores con Racing”.
La dirigencia busca inscribirlo para los octavos de final contra Peñarol. Aunque el libro de pases local ya cerró, la reglamentación permite una inscripción provisional para torneos internacionales hasta el lunes al mediodía. No obstante, Rojo no podrá jugar el Torneo Clausura de la Liga Profesional por haber quedado libre después del cierre del mercado, pero sí estará habilitado para la Copa Argentina y la Libertadores.
En Boca, Rojo acumuló 118 partidos, 9 goles y tres títulos, pero su etapa también estuvo marcada por lesiones y sanciones. En Racing, llega como un refuerzo de jerarquía: su experiencia internacional y su voz de mando podrían ser claves en un plantel que busca consolidarse como protagonista en el plano continental.