Dos nenas van y corretean por todo el lugar. Primero, se esconden en una casita. Luego, juegan a ser princesas: frente al espejo, se peinan y quieren ser reina, como la Mona Jacinta. Se sientan en el trono y luego se dirigen hacia una sandía inflable para descansar allí y leer juntas a Manuelita. De fondo, es escucha “En el país que Nomeacuerdo”.
Así pueden estar todo el día, jugando y divertirse sin parar, como muchos niños y niñas que quedaron encantados con ¡Cuánto cuento! Y el camino de Manuelita, la gran exposición en homenaje a María Elena Walsh que inauguró este martes en el tercer piso (sala 303) del Palacio Libertad y que además incluye una experiencia inmersiva en el segundo piso del mismo lugar para disfrutar del universo de Manuelita.
Hasta el 3 de agosto, cuando finalizan las vacaciones de invierno, los niños de todas las edades podrán divertirse a rabiar y conocer a fondo a María Elena Walsh (1930–2011), la inolvidable escritora, novelista, cantautora y compositora argentina que ha dejado un eterno legado con su inmensa obra ligada al universo infantil. De hecho, son varias las generaciones atravesadas por sus cuentos, sus canciones y su obra. Y todo vuelve a girar en el mundo de María Elena.

La expo tiene su origen en el Palacio Libertad en colaboración con la Fundación María Elena Walsh–Sara Facio, presidida por Graciela García Romero. Participan los artistas Ana Sanfelippo, Guido Ferro, Mariana Ruiz Johnson, Matías Trillo, Pablo Elias, Pablo Picyk y Pupé Sabina Álvarez Schürmann.
Son ilustradores de la nueva reedición de la colección de cuentos infantiles de María Elena Walsh (publicados en 2024 por el sello Alfaguara, de Penguin Random House), quienes fueron especialmente elegidos para exponer sus obras en otros formatos bien diferentes al papel y a la ilustración, así darle otra connotación y rendirle tributo a la obra de María Elena gracias a la interpretación de esta nueva generación de artistas a través de otra mirada.
“Cuando Graciela (presidenta de la Fundación María Elena Walsh–Sara Facio) nos comentó de esta nueva edición de los cuentos de los libros de María Elena pensamos que allí había un cruce artístico hermoso, de su obra literaria y las imágenes de los ilustradores«, expresó Natalia Uccella, a cargo de la exposición.
“Entonces, le propusimos a cada uno que venga a trabajar a partir de su universo que habían creado en los libros pero en otro formato: que salgan del papel, del formato plano, y que piensen en una sala pensada para las infancias”, enfatizó.
Homenaje a María Elena
Sobre una pared, a la derecha, sobresale un trono, una mesa con comida y un espejo acompañados por una espada y un florero como elementos decorativos. También está el retrato de la mona Jacinta, una de las grandes creaciones de María Elena Walsh.

La instalación es de Pablo Picyk. “La obra es una adaptación o una inspiración de “La mona Jacinta”, un libro que ilustré de María Elena: busca recrear el imaginario subjetivamente de la mona queriendo ser reina”, explica su creador a Clarín.
Las nenas se miran y se peinan frente al espejo. Juegan a ser reinas, como la mona Jacinta, un cuento y canción homónima de María Elena, un clásico de la literatura infantil.
“Es una instalación que busca representar fantasiosamente el cuarto de ella con un trono y un contexto juglaresco de reyes y reinas”, agrega Picyk.
“La idea es que sea relativamente interactivo, donde juegan a peinarse, a verse en un espejo y a sentarse en el trono. Tiene una cuestión de volumen que le da esa particularidad: no es algo plano y al ser un volumen cobra más vida”, añade Picyk y completa: “María Elena siempre va a estar presente y vigente”.
En otra de las paredes –a mitad de la sala–, sobresale la intervención de un elefante gigante de unos tres metros y medio de alto por otros dos de ancho, con la particularidad de que está al revés. La obra es de Guido Ferro, también ilustrador.
El elefante es parte de un limerick: son poemas breves compuestos por cinco versos, con mucho humor. Son pequeñas formas de construir un poema que viene de Inglaterra. Los versos primero, segundo y quinto riman entre sí; que también lo hacen los versos tercero y cuarto.

«A María Elena le gustaba trabajar ese formato en algunos de sus libros. A mí me tocó ilustrar “Zoo loco” un libro de María Elena para la reedición de Penguin Random House que está compuesto por 42 de estos pequeños poemas”, comenta Ferro, su creador.
“El elefante que elegí es uno de esos limericks: habla de un elefante que se tropieza con la trompa pero dado vuelta como lo ves no se tropieza tanto, obviamente con el humor, la picardía y la dulzura de María Elena”, esgrime el artista–ilustrador especialista en realizar ilustraciones para un público infanto–juvenil.
Ferro se siente orgulloso de haber sido convocado para formar parte de esta exposición sobre María Elena. “Fue muy lindo, todavía sigue vigente ese esfuerzo mancomunado que hicimos todos los ilustradores en la reedición de los libros de María Elena en 2024, que llegó a esta redición con 14 títulos, una obra muy grande. Pero esto fue darle un empuje y llevarlo a otro plano”, resume.
De la mano de un hijo
Ferro reconoció que a María Elena Walsh no la tenía tan presente durante su infancia, aunque admitió que la fue redescubriendo junto a su pequeño hijo. “La descubrí de grande, de adulto, y mucho más al estar relacionada a mi vocación y a mi amor por la ilustración y por la literatura. Ahora estoy la redescubriendo con mi hijo y me hace muy feliz porque a él le gusta”.

La sala cuenta con un escenario para disfrutar de shows musicales y escenas teatrales interpretadas por actores junto a los chicos durante las vacaciones invierno. Además, el lugar dispone de la colección completa de los cuentos infantiles de María Elena Walsh publicados por Alfaguara, con todos los ilustradores que participan de la muestra.
En ese sentido, también se destacan la instalación inmersiva El cuento desde dentro, de Dabina Álvarez Schürrmann; y Carbonilla, de Pablo Elías, inspirada en el cuento sobre la tortuga Manuelita.
Valeria Ambrosio, directora del Palacio Libertad, también estuvo en la inauguración y se refirió a la muestra, a tono con el ciclo sobre María Elena Walsh que viene llevando el edificio cultural de Sarmiento 151. “Es el lanzamiento de una manera más oficial de todas las actividades y activaciones que estamos haciendo alrededor del universo de María Elena Walsh”, anunció.
De hecho, el Palacio Libertad cuenta con una programación para las vacaciones de invierno donde el eje temático es María Elena Walsh, con talleres literarios y lectura de libros, proyección de cortometrajes, conciertos musicales gratis para niños y niñas de todas las edades.

“La idea era cómo pensábamos este universo siendo basto, tan permanente, tan actual. Cuando hacemos los conciertos, vemos a los nenes de tres años cantando las canciones de María Elena Walsh. Me parece fantástico”, exclamó Ambrosio.
Para Graciela García Romero, presidenta de la Fundación María Elena Walsh–Sara Facio, “María Elena sigue siendo un viaje al disparate, a la libertad. Ella nos enseña libertad porque hay que animarse a vivir en el disparate”.
Experiencia inmersiva
En la sala inmersiva del Palacio Libertad (segundo piso) se encuentra la exposición inmersiva El camino de Manuelita. Aquí, grandes y chicos se sumergen en el fantástico mundo de María Elena Walsh que invita el recorrido de la famosa tortuga: comienza viajando en tren desde Pehuajó, su ciudad natal, y luego visita las ciudades de Tokio, París y Nueva York hasta finalmente volver a su punto de origen.
Las ilustraciones fueron creadas por Pablo Elías. El equipo audiovisual del Palacio Libertad las tomó para adaptarlas a otro formato que combina escenografías interactivas, proyecciones audiovisuales, con paisajes asombrosos y elementos sonoros presentando una nueva narrativa en la obra de la artista que despiertan gran admiración y emoción en grandes y chicos.

“María Elena es parte de nuestro ser cultural, es parte de nosotros. Tuve el honor de haber hecho a Manuelita. Fue todo un desafío y también una gran responsabilidad buscarle la vuelta para que sea algo más bien propio de todo lo que vimos sobre Manuelita y que esté a la altura de lo que significa María Elena Walsh”, comentó Pablo Elías, creador de las maravillosas ilustraciones que se proyectan en la sala inmersiva.
Esta fantástica creación es un loop de ocho minutos de duración y podrán verla hasta en la sala inmersiva del Palacio de Libertad hasta fin de año.