Marina Calabró sorprendió a su audiencia con una confesión inesperada y muy personal. Durante su programa en El Observador, la periodista reveló que logró superar una fobia que la acompañó durante años: el miedo a lavarse la cabeza en la ducha. Lo hizo con humor, alivio y emoción, y destacó que el apoyo de su pareja, Rolando Barbano, fue fundamental en ese proceso.

“Ya superé una de mis fobias… la de lavarme la cabeza en la ducha”, dijo Marina entre risas, mientras su compañero Guido Záffora la felicitaba en vivo. La periodista explicó que durante mucho tiempo evitó esa acción por temor, y que había desarrollado una rutina alternativa que le demandaba tiempo y esfuerzo: se duchaba del cuello para abajo y lavaba su cabello en la bacha de la cocina. “Era un quilombo”, reconoció con sinceridad.
La intervención de su actual pareja fue clave. Marina relató que él la acompañó en los primeros intentos, brindándole seguridad y contención. “Me ha alentado… Te superviso, no te vas a ahogar, si hay una emergencia llamo al 911”, contó entre risas, destacando el rol tranquilizador de su pareja. “Él estaba del otro lado de la mampara. La sumersión no la he superado, pero la ducha sí”, agregó, dejando en claro que aún le queda camino por recorrer, pero que ya dio un gran paso.

La fobia a lavarse la cabeza puede parecer menor, pero para quienes la padecen representa una dificultad cotidiana que afecta la calidad de vida. En el caso de Marina, implicaba modificar su rutina diaria, evitar ciertas situaciones y lidiar con la incomodidad constante. Su testimonio pone en evidencia cómo incluso los miedos más simples pueden condicionar la vida, y cómo el acompañamiento emocional puede ser decisivo para enfrentarlos.
“Es un ahorro de tiempo, no te puedo explicar”, dijo Marina, celebrando el cambio práctico que trajo consigo esta superación. Más allá del alivio personal, la periodista dejó un mensaje sobre la importancia de las relaciones afectivas en los procesos de transformación. “Con apoyo y paciencia, se puede”, resumió.
La confesión generó repercusión en redes y medios, donde muchos destacaron la valentía de Marina al compartir una experiencia tan íntima. En tiempos donde la exposición suele estar ligada a lo superficial, su relato se convirtió en un ejemplo de autenticidad y crecimiento personal.