Mark Gatiss (Sedgefield, 1966) es una de las mentes más brillantes de la televisión británica. Actor, guionista y director, ha dejado su huella en éxitos como Sherlock o Doctor Who , y ahora ha regresado con Bookish , una nueva serie ambientada en el Londres de 1946, donde también interpreta a su protagonista, Gabriel Book, un exespía convertido en detective y librero, famoso por su ingenio y excentricidad. Filmin ha estrenado esta semana los tres primeros episodios, y los tres siguientes, el próximo martes. Ya hay segunda temporada confirmada después de convertirse en una de las series del año en Reino Unido.
¿Cómo nació Bookish?
Siempre quise interpretar a un detective con algo distintivo, y un día se me ocurrió una idea genial: usar los libros como arma. Me pareció una propuesta interesante e inspiradora: basta con leer mucho para aprender. Hubo una historia real que me marcó y que también ayudó a crear a Gabriel Book: hace años, mientras actuaba en una obra teatral, fui a una librería antigua a buscar una imagen de Oliver Cromwell, y una señora muy excéntrica me dijo: “Shhh… cinco minutos”. Desapareció y volvió con la imagen, mostrando un mapa mental del lugar que me fascinó. Gabriel Book es la suma de todo eso: el tipo de papel que siempre quise interpretar.
La serie ha sido comparada con clásicos del género detectivesco británico, pero también se ha elogiado su originalidad. ¿Qué diferencia Bookish de otras series de misterio actuales?
Es verdad que los misterios de asesinato están de moda otra vez y que hay muchos, así que algo habremos hecho bien pero es difícil decir el qué. Supongo que influye el tono, una comedia negra, y lo inusual del contexto de posguerra. También está el matrimonio de conveniencia entre Book y Trotty (Polly Walker): un hombre gay casado con una mujer heterosexual, con un acuerdo entre ellos. Eso parece haber llamado la atención. Para mí, el tono de los asesinatos -lúdico, pero con una base seria- tiene un matiz melancólico. Y creo que ahí está parte de su atractivo.
Creador y protagonista
“Puedo cambiar cosas sobre la marcha e incluso modificar líneas; eso es, sin duda, una gran ventaja”
Uno de los temas delicados que aborda Bookish es la exploración de la homosexualidad reprimida en la Inglaterra de posguerra.
Llevo años diciendo que algún día habría un detective gay, pero que eso sería incidental, no el centro de todo. Supongo que he estado construyendo hacia ese objetivo toda mi vida. También me parecía importante mostrar a quienes han crecido en una época más tolerante cómo eran las cosas antes, y, en cierto modo, advertirles de cómo podrían volver a ser. En muchos lugares del mundo ser gay sigue siendo peligroso; en seis países aún se castiga con la pena de muerte. El mundo se está volviendo más cruel y menos tolerante. Sin dar lecciones, me parece valioso mostrarlo. Y también ofrecer un personaje central con una experiencia distinta a la habitual. El arreglo entre Book y Trotty es una situación poco común.
Usted es el creador, productor y el protagonista de la serie. ¿Cuáles diría que son las principales ventajas y desafíos de asumir ambos roles a la vez?
La ventaja, sin duda, es que puedo cambiar cosas sobre la marcha. Incluso he modificado líneas porque me sonaban mejor. Estar en el centro y tener una visión global del proyecto es muy útil. La desventaja es que también tengo que ponerme el sombrero de productor y pensar en todo lo demás. Ahora mismo, por ejemplo, estoy escribiendo mientras grabamos la segunda temporada. Tengo que aprender muchas líneas… y además escribir más episodios. Es bastante trabajo.
¿Es un alivio ambientar la historia en 1946, sin móviles ni redes sociales, para contarla con más calma?
Sí, supongo… Tiene que ver con el ritmo y el tiempo para disfrutar. Si tienes que levantar el teléfono o enviar un telegrama, todo se vuelve distinto. Para los detectives también es más sencillo: hay menos pruebas forenses que analizar. Y algo que cambia por completo el tono es la amenaza de la horca. Saber que alguien puede ser ejecutado por asesinato le da otro peso a la historia. Todo adquiere un sentido distinto.
En una época de ficciones frenéticas, Bookish apuesta por el tempo pausado, el detalle y la atmósfera. ¿Cree que el público actual está volviendo a valorar ese tipo de narrativa más pausada?
No lo sé. Siempre concebí la historia en episodios de dos partes porque los episodios únicos no te dan tiempo para conectar con los personajes. Yo lo veo como una pequeña película, donde hay espacio para sospechar de todos. Si todo va demasiado rápido, solo caben tres sospechosos y se vuelve obvio quién es el culpable. Quería evitar eso. Me gusta el ritmo, pero creo que tiene razón: hoy todo es tan acelerado que apenas hay espacio para respirar. Parece que mucha gente ha respondido bien a ese tono. Sin ser lenta, la serie invita a quedarse. Una crítica dijo que le gustaba pasar tiempo en la librería, y eso es justo lo que buscaba: un entorno acogedor, al que quieras volver. Esa idea atraviesa toda la serie.
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Francesc Puig

Su nombre estará siempre ligado a Sherlock . ¿Qué significó esta serie para usted personal y profesionalmente?
Muchísimo. A veces ocurre algo extraordinario y todo encaja. Que Steven Moffat y yo fuéramos fans de Sherlock Holmes de toda la vida, la idea de modernizarlo, el casting de Martin Freeman y Benedict Cumberbatch… todo funcionó.Eso no se puede forzar. Simplemente sucede o no. Le debo mucho. Fue una etapa increíble, y convirtió a Benedict en una superestrella. Es muy especial haber formado parte de algo así. Lo recuerdo con enorme cariño. Propusimos hacer una película, pero por ahora no ha salido adelante.





