Martín Caparrós llega al país para recibir un homenaje de sus amigos y el honoris causa de la UBA

Es un viaje muy deseado y meticulosamente organizado por un grupo de amigos y amigas del escritor y periodista Martín Caparrós, que reside en España desde hace años y trata allá su cuadro de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), una enfermedad neurodegenerativa, que le fue diagnosticada hace unos tres años. El autor de una obra sólida poblada por ensayos y novelas, además de uno de los más importantes cronistas contemporáneos en habla hispana, llegará al país la semana que viene y dedicará su estadía en Buenos Aires a protagonizar un homenaje público en el Teatro Alvear, recibir el título honoris causa de la Universidad de Buenos Aires y realizar otras actividades en una agenda bien nutrida.

El jueves 10 de julio, el Teatro Alvear será sede de «Caparrós y amigos», un evento con entrada libre y gratuita.

Una de las últimas veces que Caparrós estuvo en el país fue en 2022 para participar de la entrega del XXV Premio Clarín Novela, del que fue jurado junto a la novelista y cuentista Ana María Shua y el novelista ensayista y traductor Carlos Gamerro. En aquella ocasión el ganador fue el poeta y abogado Miguel Gaya autor de El desierto invisible. Dos años después de ese viaje, Caparrós reveló en 2024 que padecía ELA.

Para este regreso, un grupo de amigos y colegas del escritor organizaron una reunión pública en el Teatro Alvear titulada Caparrós y amigos que tendrá lugar el jueves 10 de julio a las 19 con entrada libre y gratuita y el auspicio del Grupo Clarín. En esa ocasión, leerán su obra los periodistas Leila Guerriero, Jorge Fernández Díaz, Cristian Alarcón, Eduardo Anguita, María O´Donnell, Martín Sivak, Reynaldo Sietecase y Ernesto Tenembaum, entre otros muchos.

Martín Caparrós. Foto: Martín Bonetto.

Revuelto gramajo en el Hermann

«Somos amigos desde los lejanos años 90, cuando solíamos comer revuelto gramajo en el desaparecido restaurante Hermann», recordó en diálogo con Clarín Fernández Díaz. «Luego la vida y la profesión, y las discusiones y confidencias, nos fueron uniendo a través del tiempo. Es, como diría Borges, una amistad que prescinde de la frecuentación: Mopi se la pasaba viajando y finalmente hizo nido en Madrid, donde lo vi en enero, venerado por los intelectuales españoles»

El escritor argentino Jorge Fernández Díaz. EFE/Mariscal

Para el autor de El secreto de Marcial, con el que ganó el Premio Nadal 2025, Caparrós es «nuestro Kapuscinski» y agregó: «Ha escrito varias obras maestras del género. La Argentina le debía un homenaje que estuviera a su altura. Se ha convertido en un clásico«.

Su viaje está apadrinado además por Hotel Casa Lucia, Gobierno de la Ciudad, Bodegas Zuccardi, Aeropuertos Argentina 2000, Teatro Alvear y Penguin Randon House.

En el teatro también serán de la partida las escritoras Matilde Sánchez, Claudia Piñeiro, Margarita García Robayo; la ensayista Graciela Speranza; el fotógrafo Dani Yako y la psicóloga Silvia Labayru, ambos compañeros de estudios de Caparrós en el Colegio Nacional de Buenos Aires.

El rosarino Reynaldo Sietecase no estará en el Teatro Astral por un viaje, pero compartió con Clarín su aprecio por Caparrós: «Martín está entre mis héroes más cercanos. Lo mío fue admiración a primera lectura. Entré a su mundo por las maravillosas crónicas de Larga distancia. Luego vinieron sus novelas y sus otros floreos periodísticos».

Reynaldo Sietecase. Foto: Ariel Grinberg.

Sietecase conoció a Caparrós tironeando en una disputa: «Destino y azar, esos dos sabios ciegos, me permitieron conocerlo en una redacción cuando morían los años noventa. Y creo que nuestro primer intercambio fue una pelea, como flamante editor en Buenos Aires había cortado una de sus notas. No lo sabía pero estaba haciendo un máster, obligado a podar donde no sobraba nada. En lo importante no me falló nunca. Siempre fue un exquisito de la palabra, un riguroso del periodismo, un tipo valiente, ético, irónico y provocador. Un caballero andante convencido de combatir gigantes y molinos con el mismo fervor. Fue generoso con su tiempo y sus indicaciones. Aunque con él, la conversación nunca resulte suficiente. Es amigo y maestro. Soy uno de sus improvisados y leales escuderos. Cerca o lejos siempre listo para acompañarlo en sus próximas batallas».

También Leila Guerriero, la enorme cronista en castellano, llegó a Caparrós por su libro Larga distancia. Por eso, si ahora tiene que pensar por dónde podría acercarse a su obra una persona joven piensa en ese libro: «Es uno de los autores más importantes de habla hispana. Tiene un manejo del lenguaje realmente muy único y su prosa tiene una musicalidad muy singular. Si me fijo específicamente en su no ficción, diría que se ha pasado la vida contando las realidades más diversas del planeta. Eso habla de un autor ambicioso, que conoce las capacidades de su herramienta», consideró.

Para la autora de La llamada, premio de la Crítica de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, «siempre que lees a Martín ves algo de una manera que no habías visto hasta ese momento. Su punto de vista, su mirada, es impresionante. Por otro lado, es un autor sumamente crítico, sabe ser ácido cuando tiene que ser ácido, evita la complacencia con la víctima, es muy cercano a esas realidades que cuenta, pero a su vez sabe poner su cámara donde debe ponerla«, agregó.

Leila Guerriero. Foto: archivo Clarín.

Volver a la UBA

Dos días antes, la UBA le entregará el título de Doctor Honoris Causa en la Facultad de Filosofía y Letras. Será el martes 8 de julio a las 18, en el Aula 108 de la sede ubicada en Puan 480. La universidad, de la que Caparrós fue alumno secundario, lo consideró «una figura emblemática del periodismo narrativo y la literatura contemporánea en español».

Paula Pérez Alonso, escritora. Foto Cortesía Editorial Planeta

La UBA consideró que «a través de su periodismo narrativo, Caparrós ha visibilizado historias de personas comunes y ha denunciado profundas desigualdades sociales en América Latina y el mundo. Sus crónicas y ensayos abordan temas de urgencia humanitaria, política y memoria colectiva con rigor y sensibilidad, siempre buscando nuevas formas que abran nuevos caminos».

Escritora y editora, Paula Pérez Alonso enfrentó muchas veces el desafío de editar a Caparrós. Y la primera de esas experiencias fue, otra vez este título, con Larga distancia. Lo recuerda para Clarín: «No me acuerdo bien cuándo lo conocí, pero lo traté mucho cuando en 1991 Juan Forn le contrató Larga distancia para Biblioteca del Sur y me pidió que lo editara. Era uno de los primeros libros que me tocaba editar en esa empresa ¡y justo Caparrós! No sabía qué marcarle, qué sugerirle. Los textos eran impecables, perfectos por el registro en que estaban contados, todos grandes personajes, momentos cruciales de la Historia y aun así enigmáticos, como el del Che en la Higuera. Creo que algo le sugerí para el de Anatole Saderman, no me acuerdo si lo tomó».

El vínculo entre Pérez Alonso y Caparrós se fue estrechando con el tiempo: «Empecé a ver a Mopi fuera del ámbito editorial, en lo de Dani Yako, en almuerzos o cenas donde también podía estar Adriana Lestido, o en lo de Rafa Calviño, siempre los mismos amigos. Nos llevamos muy bien, ese cariño creció con los años«, evocó.

Y en ese cruce de caminos, el personal y el profesional, ella siguió editando sus libros: «Siempre fue una alegría enorme publicar sus libros. Desde Boquita hasta El Interior y Todo por la patria, la primera novela de la serie del Pibe Rivarola y también la emoción de reeditar La voluntad (el mejor retrato de la militancia de los setenta y único en su registro) en bolsillo (en 5 tomos: ¿donde hacer los cortes?) y después en trade con los 3 que había publicado Norma originalmente. Cada libro un acontecimiento«, concluyó.

El acto en la UBA contará con la presencia del rector de la Universidad de Buenos Aires, Ricardo Gelpi; del decano de la Facultad de Filosofía y Letras, Ricardo Manetti; y del escritor y periodista Daniel Guebel, quien estará a cargo de la laudatio.

Si Caparrós no fue alumno de grado en la UBA fue porque se exilió tempranamente. Por eso, se licenció en Historia por la Universidad de París y vivió en Europa durante la última dictadura. Allá y acá, en una sucesión de viajes y estadías, escribió y publicó más de 40 libros, entre novelas, crónicas y ensayos, traducidos a múltiples idiomas. Entre sus obras más reconocidas se encuentran La Voluntad (1997), La historia (1999), El interior (2005), Los Living (Premio Herralde de Novela, 2011), El Hambre (ensayo premiado internacionalmente, 2014), Ñamérica (Prix Roger Caillois, 2024) y Antes que nada (2024).

Junto a revista Ñ, publicó la serie «Los tanguitos de Rivarola», seis novelas policiales, que cuentan, a través de sus intrigas, romances y grandes personajes, aquel Buenos Aires de los años 30, donde el tango era rey.

Pero antes de estos libros, incluso antes del exilio, en la juventud la escritora Matilde Sánchez, editora general de revista Ñ, trajo el recuerdo de una amistad de muchas décadas. «Conocí a Martìn Caparrós en una reunión multitudinaria a comienzos de 1988 en su casa, un departamento francés de la avenida Las Heras, que parecía demasiado señorial para la edad del propietario aunque lucía un tanto baqueteado. Los presentes habíamos sido convocados para participar de la revista Babel, que venían de fundar Caparrós y su amigo Jorge Dorio en una mesa de la confitería Richmond, en la calle Florida. El dúo, inseparable por entonces, ya se había destacado en el programa radial “Sueños de una noche de Belgrano”, y ellos eran algo así como los héroes de una generación. Siempre pensé que los bigotes manubrio eran una cita deliberada a Los Tres Mosqueteros –y que al tercero ausente quizás lo habían liquidado–».

La anécdota siguió así: «Reforzado por el aura de encabezar el grupo literario Shanghai –de existencia evanescente y márketing global avant la lettre–, lo que sobresalía en Martín en esos años juveniles era la certeza absoluta sobre su destino de escritor. Él ya lo transitaba de lleno y sin dudar en contramarchas, desde la publicación de Ansay o los infortunios de la gloria, su primera novela, mientras todos nosotros –este equipo de autores, estudiantes y jóvenes profesores universitarios, como Daniel Guebel, Daniel Link, Sergio Bizzio, Daniel Samoilovich, Sergio Chejfec y Graciela Montaldo, y unos pocos periodistas (creo recordar a María Moreno esa vez)– en el mejor de los casos componíamos el semblante de autor y cultivábamos la crítica».

Con un diálogo entre los escritores Juan Cruz y Martín Caparros, moderado por la editora general de Ñ, Matilde Sánchez, la revista presentó su número especial en España. Foto: Cézaro De Luca.

Dice Matilde Sánchez que Babel fue de un enorme valor en esos años: «Quizá la última revista de libros con una toma de posición, a favor de la autonomía literaria, tal como la había entendido el Manifiesto por una literatura independiente. En otras palabras, la revista estaba en contra de los resabios locales del realismo social, encarnado por Osvaldo Soriano, y las iniciativas del mercado editorial, que empezaba a promover activamente una literatura más llana y marcada por la ausencia de referencias intraliterarias. Aunque esa polémica contenía numerosos malentendidos, fue fértil en relatos excepcionales. Babel contribuyó con pasión a consagrar a César Aira y dejó una disputa literaria inolvidable, entre Tomás Eloy Martínez y Alan Pauls».

Caparrós es professor-at-large de Cornell University, profesor honorífico de la Universidad de Alcalá, columnista habitual de El País, fue premiado numerosas veces por su labor periodística y literaria. El Premio Rey de España, el Konex de Platino, el María Moors Cabot y el Ortega y Gasset encabezan una lista mucho más larga.

Como no podía ser de otro modo, además, Caparrós presentará dos libros en Buenos Aires. Por un lado, su poema La verdadera vida de José Hernández (contada por Martín Fierro) (Random House) y un ensayo breve titulado Sin Dios, de próxima publicación.