Martín «El Trinche» Dardik, el comediante que llena teatros con su show de stand up y es parte de uno de los programas matutinos en Luzu TV, se animó a abrir su corazón con Revista GENTE y contar su historia de amor con Sabrina, su novia desde hace siete años.
Como su vida cambió rotundamente en este tiempo, donde se convirtió en una persona con más exposición, con casi un millón y medio de seguidores en sus redes sociales, uno de los acuerdos que debió llevar adelante como pareja es que parte de su relación se mantenga en lo privado, por lo que el rostro de su compañera de vida se mantuvo -en gran parte, y al menos por ahora- en un misterio.

“Tenemos una relación más perfil bajo, también relacionado a su trabajo”, cuenta Trinche, marcando uno de los puntos que sin dudas debieron resolver como pareja con el crecimiento de su carrera en los teatros y el streaming. “Es verdad que no me gusta mediatizar tanto… tenemos una relación tan linda y tan sana que siento que un poco las redes y todo ese mundillo contamina. Lo siento un poco así. Somos una pareja normal, que vive cosas de pareja normales”, remarca el comediante .
–¿Cómo se conocieron?
-Trabajando juntos en una comunidad de la colectividad judía, dando actividades. El que es de la colectividad ubica la palabra madrij, es básicamente como si fuese una colonia, pero con otra pata más educativa y no tienen tanto sólo de hacer deporte, sino como más actividades de aprendizaje y educación. Nos conocimos dando actividades ahí, pegamos muy buena onda y estuvimos saliendo un tiempo en 2017.
La sonrisa en el rostro del comediante es inevitable al hablar de su novia. Muy enamorado, cuenta que luego de esas primeras salidas, al año siguiente terminaron las actividades que compartían, por lo que decidieron formalizar su relación y en el año 2018 ponerse de novios.

–¿Qué te gusta de ella?
-Qué me gusta de ella… Y yo a veces le digo que es la mejor persona viva del país, porque, nada, ella es hermosa. Un acompañamiento casi incondicional. Y habernos acompañado mucho en los proyectos de los dos y vernos crecer es algo muy lindo, la verdad. Sí, un acompañamiento y un amor muy difícil de poner en palabras. Después te puedo ir a lo superficial y decir que los ojos y sus pecas, pero siento que es más respuesta de un músico esa. Tenemos una relación hermosa, es muy linda.
Así como Trinche transmite su pasión por el humor al hablar del stand up y la comedia, también llega a reflejar el amor que Sabrina pone en su vocación, la educación: “Ella es maestra jardinera, está estudiando profesorado de nivel inicial. Se recibe este año. Tiene una vocación con los niños que es terrible, es impresionante. La aman. Todo el jardín la quiere mucho”.
–¿Cambiaron mucho los dos durante estos siete años de relación?
-Sí, totalmente, pero nos hacemos mucha compañía, Cuando empezás a estar en pareja de muy joven, es interesante lo que va pasando porque, a ver, tenía 20 y yo ahora tengo 27. Y obviamente que mis inquietudes y mis pensamientos son distintos a los de ese momento, pero acompañarte y crecer y darte cuenta de cómo se va solidificando la relación, cómo pasa… Bueno, no me gusta la palabra proyecto, pero, bueno, como empiezan a cambiar los intereses es algo muy lindo, el crecer juntos.
Al hablar sobre nuevas formas de vincularse, con ideas como la poligamia o el amor libre mucho más presentes en la actualidad, las risas son inevitables para Trinche, que ante la pregunta sobre si se consideran una pareja tradicional, duda por un momento y lanza la frase: “Monogamia o bala, ¿no?”.

Pero fuera de las bromas, se consideran sin dudas una pareja más bien tradicional: “No, no… boludeces no. Todo bien, respetémonos, pero no, yo siento que el código de mi relación con Sabri es como… a veces escucho historias de parejas que agregan gente. Yo siento que lo que más me gustaría con Sabri es si agrego a alguien que sea para burlarme, para un secreto, la complicidad de la pareja de decir, ‘miralo a este’. No, no… nosotros jugamos de a dos”.
–¿Conviven o hay planes de convivencia a futuro?
-No convivimos, pero si tenemos proyecto. Yo creo que va a ser el año que viene, 2026. Yo estoy viviendo solo, ella no, pero sí queremos los dos que la convivencia sea en otro lugar, que no sea la instalación de ella mudando sus cosas a donde estoy yo, que ya es un departamento tal vez incómodo para dos. Por suerte, si tenemos la posibilidad de ir a otro lugar un poco más grande y elegirlo entre los dos, yo creo que va a pasar eso.
-¿Se imaginan padres en algún futuro, cercano o lejano?
-A mí me encantaría, sí, pero en un futuro. No lo veo al corto plazo, no sé. No tengo mi vida armada, pero sí pasando los 30, tengo 27 ahora. Lo hemos hablado alguna que otra vez al pasar. También el chiste fácil… como ella es maestra jardinera y cuida bebés casi todos los días, bueno, está ahí como hay una conversación que se tiene que capaz es mucho más sencilla, por su labor. El tema es menos tabú, el hablarlo. Creo que me visualizo buen padre.
Aunque se consideran una pareja tradicional, la instancia del casamiento dentro de las opciones en el futuro cercano no lo tienen como una prioridad: “Siento por lo menos ahora mi edad, si tengo que ver qué siento más claro, paternidad o casamiento, yo estoy más seguro que me gustaría ser padre. Al casamiento lo veo como algo lindo, el festejo, la celebración, me encanta. El casamiento judío es un quilombo terrible, es divertido, está bueno, si nos casamos sería un casamiento judío… como el de Relatos Salvajes sin el relato salvaje”.
Fotos: Miranda Lucena.