Por la Dra. Valeria Bárbaro MP MN 123126, Médica especialista en Dermatología

En el mundo de la estética corporal, no basta con ejercitar los músculos; tensar la piel se vuelve clave para lograr resultados visibles, armónicos y duraderos. La firmeza cutánea es el complemento indispensable del tono muscular, ya que define cómo se perciben los avances físicos desde el exterior. Una piel flácida o descolgada puede opacar meses de esfuerzo en el gimnasio, mientras que una piel tensa potencia la definición y resalta la forma del cuerpo. La verdadera transformación corporal no solo se construye desde el interior, sino que también se expresa y se sostiene desde la superficie.
Durante años, el enfoque principal en el mundo del entrenamiento físico se centró exclusivamente en el desarrollo muscular. Las rutinas de fuerza, resistencia y tonificación han sido pilares para quienes buscan esculpir su figura. Sin embargo, un aspecto fundamental ha permanecido en segundo plano: la piel, ese envoltorio vital que cubre cada logro muscular, también necesita atención. Tensarla no es solo una cuestión estética, sino una estrategia indispensable para alcanzar una apariencia saludable y armoniosa.
La piel, al ser el órgano más grande del cuerpo, actúa como el marco que define la percepción externa de los resultados físicos. Por más que se trabajen los músculos, si la piel luce flácida, deshidratada o descolgada, el progreso puede parecer incompleto o poco notorio. Esto se vuelve especialmente evidente en personas que han perdido peso rápidamente, en quienes practican ejercicio sin un enfoque integral o en etapas de la vida donde la elasticidad cutánea comienza a deteriorarse, como la adultez media.
Tensar la piel implica estimular la producción de colágeno y elastina, dos proteínas responsables de su firmeza y elasticidad. Este proceso puede lograrse mediante diversas estrategias: una alimentación rica en antioxidantes y vitamina C, una hidratación adecuada, técnicas de masaje, tratamientos estéticos no invasivos como radiofrecuencia o ultrasonido focalizado, y, por supuesto, una rutina física que incluya ejercicios cardiovasculares y de resistencia adaptados al objetivo de mantener el tono cutáneo.
La integración de cuidados específicos para la piel en los planes de acondicionamiento físico no es solo un acto de vanidad, sino una inversión en salud y bienestar. La piel tensa no sólo refleja juventud, sino también vitalidad y compromiso con un enfoque integral del cuidado corporal. Dejarla de lado puede implicar frustraciones estéticas que no corresponden con el esfuerzo realizado en el gimnasio.
En definitiva, tensar la piel va más allá de la cosmética: es el complemento esencial de cualquier transformación corporal. Porque la belleza, como la salud, también se construye desde la superficie.
Tensar los músculos faciales y la papada es posible mediante una combinación de ejercicios, hábitos saludables y tratamientos estéticos no invasivos. Aquí tienes las principales maneras de tensar esta zona:
Ejercicios faciales (gimnasia facial)
Estimulan los músculos del rostro, mejoran la circulación y ayudan a combatir la flacidez.
- “El beso al cielo”: Inclina la cabeza hacia atrás y lanza besos al aire. Repite 10-15 veces.
- Resistencia con el puño: Coloca el puño debajo de la barbilla y empuja hacia abajo mientras resistes con el puño. Mantén por 5 segundos y repite.
- Pronunciar vocales exageradamente: Exagera los movimientos de A-E-I-O-U para tonificar mejillas, mandíbula y cuello.
- Lengua al paladar: Presiona la lengua contra el paladar mientras elevas el mentón. Repite 10 veces.
- 2. Masajes faciales
Activan la circulación y estimulan el drenaje linfático.
- Usa tus dedos para masajear el cuello desde la base hacia arriba con movimientos suaves pero firmes.
- Realiza masajes circulares en la línea mandibular y en la zona debajo del mentón
Consejo: utiliza cremas reafirmantes o aceites naturales (como el de rosa mosqueta o jojoba) durante el masaje.
3. Hidratación y nutrición
- Beber agua suficiente ayuda a mantener la elasticidad de la piel.
- Consumir colágeno hidrolizado, vitamina C, zinc y antioxidantes favorece la regeneración cutánea y la firmeza.
4. Evitar factores que provocan flacidez
- Evita el tabaco y el exceso de alcohol, que deterioran la piel.
- Protege la piel del sol con protector solar diariamente.
5. Tratamientos estéticos no invasivos
Si deseas un resultado más visible y rápido, hay tecnologías seguras y eficaces:
- Radiofrecuencia: estimula la producción de colágeno. tensar músculo y piel con tecnología de radiofrecuencia (RF) permite profundizar en una de las técnicas más efectivas y no invasivas dentro de la estética moderna
Radiofrecuencia: tecnología que tensa, tonifica y rejuvenece sin bisturí
En el mundo de la estética facial y corporal, la radiofrecuencia (RF) ha ganado protagonismo como una de las herramientas más eficaces para tensar la piel y reforzar los músculos subyacentes sin necesidad de cirugía. Esta tecnología actúa en las capas más profundas de la piel, donde los tratamientos tópicos no pueden llegar, ofreciendo resultados visibles y duraderos con mínimos riesgos.
La radiofrecuencia utiliza ondas electromagnéticas que generan calor controlado en las capas internas de la piel (dermis profunda e hipodermis). Este calor produce dos efectos clave:
- Estimula la producción de colágeno y elastina, fundamentales para la firmeza, elasticidad y textura de la piel.
- Activa la circulación y el metabolismo celular, lo que ayuda a eliminar toxinas y a mejorar la nutrición de los tejidos.
En algunos equipos avanzados, también se produce una contracción de las fibras musculares superficiales, reafirmando zonas como el rostro, el cuello y la papada.
Beneficios de la radiofrecuencia para tensar músculos y piel
- Efecto lifting sin cirugía: mejora la definición del óvalo facial y reduce la flacidez.
- Reducción visible de papada: al activar la microcirculación y tensar la piel del mentón bajo.
- Reafirmación corporal: también se utiliza en abdomen, brazos, muslos y glúteos para mejorar la tonicidad.
- Sin dolor ni tiempo de recuperación: el tratamiento es indoloro, ambulatorio y seguro para casi todos los tipos de piel.
- Resultados progresivos y naturales: los efectos se notan desde la primera sesión, pero mejoran con el tiempo a medida que aumenta la producción de colágeno.
6. Postura y respiración
Una mala postura, especialmente con el uso excesivo del celular (cuello inclinado hacia abajo), contribuye a la aparición de papada. Mantener el cuello recto y la cabeza elevada ayuda a evitar la flacidez.
Tensar los músculos faciales y reducir la papada es posible sin recurrir a cirugía, combinando ejercicios, buenos hábitos y tratamientos estéticos. La constancia es clave: dedicar unos minutos al día puede marcar una gran diferencia en el tiempo.
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