La Agencia Tributaria ha decidido reforzar la inspección sobre los contribuyentes con claros signos externos de riqueza cuya opulencia es discrepante con las rentas y el patrimonio que declaran. Es decir, el control fiscal prestará especial atención a partir de ahora sobre quienes presuman de viviendas, vehículos, yates o, en general, un elevado nivel de vida, y no ejerzan las obligaciones tributarias que le corresponden. Los inspectores tienen acceso a esta información a través de lo que se conoce como fuentes abiertas, es decir, entrevistas, perfiles de redes sociales u otra información pública.
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