La jueza federal de Salta Mariela Giménez dio por formalizada la imputación por contrabando de estupefacientes y dictó la prisión preventiva para dos pilotos bolivianos y otros tres hombres que fueron detenidos luego de que el martes pasado, en una zona rural de la localidad de Rosario de la Frontera, se precipitara una avioneta y se incautaran unos 364 kilos de cocaína que transportaban en la aeronave.
La magistrada además fijó un plazo de seis meses de prisión preventiva para los imputados y, además, autorizó una serie de pericias técnicas.
De la audiencia participaron el fiscal general Eduardo Villalba, la fiscal general adjunta Mariana Gamba Cremaschi y la auxiliar fiscal Florencia Altamirano, quienes imputaron a los cinco acusados por el delito de contrabando de importación de estupefacientes, agravado por el número de personas intervinientes y el uso de una aeronave operada de manera irregular.

Las imputaciones recayeron sobre los pilotos de nacionalidad boliviana Juan Pablo Quinteros Peredo y Henry Álvaro Mercado Cuajera, en calidad de coautores, en tanto que, en calidad de partícipes necesarios, fueron imputados Julián Darío Mansilla, Jonathan Alejandro Gómez y Jorge Alberto Cuellar.
En el caso de los últimos tres acusados mencionados, la jueza también hizo lugar a la imputación alternativa de transporte de estupefacientes agravado por el número de intervinientes.
La caída de la avioneta
El fiscal general Villalba resaltó la gravedad del hecho, al afirmar que se trató del ingreso ilegal de una aeronave cargada de droga por el espacio aéreo argentino, lo que consideró una clara evidencia del orden trasnacional de la organización narcocriminal que integran los acusados.

Ante una nutrida presencia de periodistas en la sala, debido a la trascendencia que adquirió el caso, los fiscales explicaron que todo se desencadenó el martes pasado, alrededor de las 15, cuando algunos vecinos de Rosario de la Frontera, en el sur de la provincia, avistaron el vuelo irregular de una aeronave.
Indicaron que se trataba de una avioneta que sobrevolaba por la zona delimitada por la intersección de las rutas provinciales 3 y 31, a pocos kilómetros de la mencionada ciudad, que finalmente se precipitó en una zona de muchos árboles y arbustos, de donde luego vieron salir humo.
Al llegar al lugar, una finca sin alambrar, personal de Gendarmería Nacional se encontró con la avioneta siniestrada y un automóvil Volkswagen Gol Trend totalmente incinerado. Dentro de la aeronave, en tanto, hallaron tres bolsones, en cuyo interior había un total de 136 kilos de cocaína.
Otros 228 kilos de cocaína bajo tierra
Al día siguiente, desde muy temprano, el fiscal general Villalba y la auxiliar Altamirano se hicieron presente en el lugar donde cayó la avioneta y dirigieron las tareas investigativas, de las que participaron personal de la Policía de la Provincia, con sus distintas divisiones; Policía de Seguridad Aeroportuaria y Gendarmería Nacional.
Durante esas diligencias, en la comisaría de la localidad de Antilla, cercana al lugar, se presentó el ahora imputado Mansilla para denuncia ante la policía que le habían robado su auto, coincidente en marca y modelo con el que fue hallado quemado junto a la aeronave. En su exposición, dijo que el día anterior, a las 8.30, había sido asaltado en la ruta por cuatro sujetos fuertemente armados.
Los representantes del MPF explicaron que esa denuncia, sin embargo, fue desechada a raíz de que, ya la fiscalía había sido anoticiada de un informe que llegó a la División Antidrogas de la policía salteña, respecto a tanto el denunciante Mansilla como Gómez y Cuellar, estaban bajo investigación como integrantes de una organización narcocriminal que operaba en esa zona y que se movía en un auto y una camioneta.
En vista de ello, y a que en el lugar del siniestro se halló una cédula para conducir una moto a nombre de Mansilla, la Fiscalía pidió su detención.
Luego, a raíz del fuerte operativo cerrojo instrumentado por la División Vila y Rural de la policía local, fue detenido Gómez en el puesto de control de El Durazno, en la ruta 34, informó fiscales.gob.ar.
Con el aporte de información de los primeros dos detenidos, se encontraron otros 228 kilos de cocaína que distribuidos en bolsones que contenían los ladrillos, habían sido enterrados en un campo de la zona, distante a unos 70 kilómetros del lugar del accidente.
En tanto, la detención de los dos pilotos se concretó en la terminal de ómnibus de Rosario de la Frontera. En el lugar, que era fuertemente vigilado, se presentaron Quinteros Peredo y Mercado Cuajera con visibles rastros de lesiones en sus brazos.
Según explicaron los representantes del MPF, ambos terminaron de delatarse, cuando intentaron comprar una bebida energizante y pagar en dólares, lo que llevó a la empleada del local a dar aviso a la policía.
La última de las detenciones fue la de Cuellar, que se dio el jueves en la casa de una amiga, en la localidad de Antilla.
Al profundizar sobre las evidencias reunidas, Villalba, Gamba Cremaschi y Altamirano confirmaron que los dos pilotos tuvieron el rol principal de ingresar la droga a través de una aeronave, que tenía matrícula de Bolivia. Incluso, dentro de la cabina había una gaseosa que fue adquirido en ese país, una antena satelital y un GPS, entre otros elementos.
Luego explicaron que, en tierra, el otro brazo logístico, integrado por Mansilla, Gómez y Cuellar, esperaba la carga. Habían colocado una lona a lo largo de una pista clandestina para delimitar la zona de aterrizaje.
Sin embargo, el piloto –identificado como Quintero Peredo– no logró controlar la aeronave y se precipitó metros más adelante, donde la avioneta tocó con una de sus alas el auto de Mansilla, que aguardaba en el lugar, y se estrelló contra una arboleda.
Junto al vehículo de Mansilla –que se incidió tras el impacto–, se encontraba una camioneta Ford en la que esperaban Gómez y Cuellar. Tras el choque, ambos auxiliaron a Mansilla para sacarlo del auto destrozado.
La fiscalía contó que, después, uno de ellos corrió hacia la aeronave siniestrada, extrajo tres bolsos con droga y huyó, dejando a los dos pilotos malheridos dentro de la cabina. Esta fue la cocaína que, posteriormente, las fuerzas de seguridad encontraron enterrada en las cercanías.





