Preocupación en el Ayuntamiento de Lleida y entre las organizaciones agrarias por la falta de encaje entre los temporeros que llegaron al albergue municipal, entre junio y agosto, con posibilidad de ser contratados y no han trabajado y la demanda de mano de obra de los payeses que no se ha cubierto.
El alcalde explicó ayer, en la reunión del Forum Secore, que reúne a organizaciones agrarias, sindicatos y patronales de Lleida, que más de 500 personas con papeles que han utilizado el dispositivo de acogida a personas transeúntes en campaña agraria y que tienen permiso de trabajo no han trabajado, según han informado el presidente de Asaja Catalunya, Pere Roqué; el coordinador de la Plana de Lleida de Unió de Pagesos, Nèstor Serra, y la presidenta de JARC en Lleida, Esmeralda Rourera. Es la primera vez que el Ayuntamiento les comunica este dato. Según el consistorio, este verano el dispositivo ha acogido a 1.023 personas. El verano del 2024 alojó a 1.120.
“No sé si la gente miente o no quiere trabajar en la fruta”, afirma Nèstor Serra, convencido de que no todos los demandantes de empleo en el sector llegan a los payeses que buscan trabajadores. Y en la misma línea se pronuncia Pere Roqué: “No sé si mucha gente que no ha trabajado, realmente quiere trabajar en la fruta”.
Por su parte, Esmeralda Rourera asegura que no ha funcionado la comunicación entre el dispositivo y las organizaciones agrarias.
La noche del domingo fue el último día del servicio del pabellón 3 de la Fira de Lleida como albergue, con 100 plazas. Como en años anteriores, cierra cuando la campaña en la zona no ha acabado, quedan al menos 15 días de pera y melocotón y está a punto de empezar la campaña de manzana. “Se dejan a decenas de personas en la calle, asegura la plataforma Fruita amb Justícia Social. “Durante todo el verano, _cada noche ha habido plazas libres mientras decenas de personas se veían obligadas a dormir en la calle por la mala gestión de la Paeria.
A diferencia de otros años, la oficina única de atención a los temporeros del Ayuntamiento derivará ahora a los jornaleros a un albergue en Seròs financiado por la Generalitat. Ya estuvo en funcionamiento, sin mucha demanda, en mayo. Cerró cuando abrió el albergue de Lleida y reabre una vez cerrado el leridano de los Camps Elisis. Solo cinco temporeros pidieron ayer utilizarlo, según avanzó la delegada del Govern, Núria Gil.
En el de Lleida los temporeros podían quedarse siete días y en algún caso la estancia se prolongaba cuatro noches más. Ayer, en algunos bancos de los Camps Elisis, temporeros que han pasado algunos días en el pabellón estaban sentados con sus maletas y bolsas. José, uno de ellos, es soldador. Llegó a Lleida desde Francia para trabajar en su oficio. Durante una semana trabajó en la fruta.
A su lado, Lamen, un joven senegalés que no ha querido ir al albergue. “Estoy en un cortijo con otra persona, he trabajado unas semanas y ahora cobraré el paro”, relata. Y con ellos Rajini, un esrilanqués que ha pasado 19 noches en el dispositivo. Ha trabajado en Fraga (Huesca) once días. En ese tiempo le han robado dos móviles.
Quejas por los fallos de comunicación entre el dispositivo de acogida y las organizaciones agrarias
De cara a la próxima campaña, el Ayuntamiento propone al Fórum Secore que la Oficina Única del dispositivo de acogida incorpore un servicio de intermediación e inserción laboral liderado por el Instituto Municipal de Empleo y coordinado con el sector empresarial.