Una megaoperación policial en Río de Janeiro dejó al menos 64 muertos, incluidos 4 policías, y 80 detenidos, mientras se enfrentaban al Comando Vermelho. El operativo, que involucró a más de 2.500 agentes, buscaba capturar al líder Edgar Alves de Andrade y a sus lugartenientes, generando caos en zonas densamente pobladas como Complexo da Penha y Complexo do Alemão.
La ciudad de Río de Janeiro vivió este martes una jornada de caos y violencia durante un megaoperativo contra el crimen organizado, considerado el más letal en la historia de la ciudad. Según cifras oficiales, al menos 64 personas murieron, incluidos cuatro policías, y unas 80 fueron detenidas, en un despliegue que involucró a más de 2.500 agentes.
Objetivo del operativo
El operativo tenía como objetivo frenar la expansión del Comando Vermelho, una de las facciones criminales más poderosas de Brasil, dedicada al tráfico de drogas y armas. Este grupo controla amplias zonas de las favelas cariocas, imponiendo su ley y enfrentando a las autoridades desde hace décadas.
Caos en las favelas
Los enfrentamientos comenzaron en Complexo da Penha y Complexo do Alemão, donde viven más de 300.000 personas. Los criminales respondieron con tiroteos intensos y el lanzamiento de granadas desde drones, mientras que los medios locales difundieron imágenes de autos incendiados, barricadas y avenidas bloqueadas.
El gobernador del estado, Claudio Castro, calificó la situación como una “guerra” y solicitó apoyo a las Fuerzas Armadas, aunque el Ejército rechazó tres veces enviar vehículos blindados.
Arrestos y secuestros de armas
La policía logró incautar 75 fusiles y una gran cantidad de drogas. La operación buscaba capturar al jefe del Comando Vermelho, Edgar Alves de Andrade, alias Doca, y a varios de sus lugartenientes.
Reacciones oficiales
A pesar del alto número de víctimas, las autoridades aseguran que el operativo era necesario y basado en inteligencia policial. El Gobierno del estado de Río de Janeiro informó que continuará implementando medidas similares para recuperar el control de las zonas dominadas por el crimen organizado, pese al impacto generado en los vecinos.





