Se dieron a conocer las previsiones meteorológicas oficiales para este invierno, que en la Patagonia traerá consigo anomalías. El mismo abarca los meses de junio, julio y agosto, y tiene como característica la ausencia de los fenómenos de El Niño y La Niña.
Los inviernos patagónicos se caracterizan por ser los más fríos de Argentina. En condiciones normales, las temperaturas mínimas en el Alto Valle del río Negro se ubican, en promedio, entre 0°C y 2°C. En cambio, en el valle inferior las mismas promedian entre 2°C y 4°C, mientras que en la cordillera rionegrina caen por debajo de cero.
En la ciudad de Neuquén y alrededores, se observan durante los inviernos temperaturas mínimas medias de entre 0°C y 2°C. A medida que nos trasladamos hacia el oeste provincial, estas descienden a valores bajo cero.
En cuanto a precipitaciones invernales, las diferencias son muy marcadas entre las regiones de ambas provincias. En promedio, las lluvias y nevadas superan, conjuntamente, los 800 milímetros en los extremos oeste de Río Negro y de Neuquén en inviernos normales. En cambio, en la capital neuquina y en el Alto Valle y Valle Medio del río Negro las precipitaciones medias entre junio y agosto se ubican entre 30 y 50 milímetros.
Presentados los valores de temperaturas y precipitaciones invernales normales en el sur argentino, ahora cabe preguntarse: ¿qué pasará este invierno? El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) publicó el pronóstico climático trimestral, correspondiente a los meses de junio, julio y agosto 2025, y lo que predomina son las anomalías.
En la provincia de Neuquén (incluida la capital) se prevé un invierno más seco que lo habitual. Las precipitaciones acumuladas entre junio y agosto será inferiores a lo normal en todo el territorio provincial. La probabilidad de ocurrencia de este escenario es mayor al 50%.
Lo mismo se proyecta para toda la mitad oeste de Río Negro, abarcando a las localidades de Bariloche y Cipolletti. En el Valle Medio y el Valle Inferior del río Negro se esperan precipitaciones normales o inferiores a las normales pero con una probabilidad de ocurrencia menor que en el oeste provincial (entre 40% y 45%).
En virtud de estas previsiones, es posible imaginar un invierno con menos lluvias y nevadas que lo normal en gran parte del territorio norpatagónico. Para varias actividades primarias, esto implicaría una mayor compensación vía riego, mientras que para el turismo cordillerano puede representar un problema si se retrasa la acumulación de nieve en los centros de esquí.
En cuanto a las temperaturas, se espera en prácticamente toda la Patagonia un invierno menos frío de lo habitual. El SMN prevé un escenario de temperaturas por encima de lo normal para el trimestre junio-agosto en la ciudad de Neuquén y alrededores, en todos los valles irrigados del río Negro y en las localidades cordilleranas.
Lo mismo se espera para las provincias de Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego. La probabilidad asignada a esta categoría oscila entre 45% y 50%.
Con estas proyecciones, es de esperar un invierno con heladas menos frecuentes y/o menos intensas que lo habitual y, nuevamente, menos precipitaciones en forma de nieve en los cerros del oeste de Río Negro y Neuquén.
