El último fin de semana, un rumor estremeció el mercado de pases: varios medios turcos aseguraron que el delantero argentino Mauro Icardi no renovaría su contrato con Galatasaray, y que incluso ya habría sido contactado para que se despidiera del club. Las versiones levantaron expectativas en clubes europeos y amantes de los “cierres de ciclo mediáticos”.
Pero lejos de aceptar ese guion, Icardi salió al cruce este miércoles con un descargo público, directo y cargado de ironía en sus redes sociales. “Fake news”, comenzó, y sostuvo que ni él ni su representante recibieron llamado alguno desde el club. Más aún: recordó que su vínculo con el conjunto turco se extiende hasta junio de 2026. En ese sentido, acusó a “algunos periodistas” de usar su nombre para tapar una derrota reciente del club, e insistió en que su eventual salida —si llegara a ocurrir antes del fin del contrato— será “100% decisión mía, de nadie más”. Cerró con una frase lapidaria: “Tienen Icardi por unos meses más. Disfruten que luego me van a extrañar.”

Es un descargo cargado: lejos de la diplomacia habitual en el mundo del fútbol, el argentino no dudó en marcar la cancha. La versión sobre la supuesta “no renovación” no surgió de la nada: en los últimos meses, varios medios turcos señalaron que la dirigencia de Galatasaray ya había decidido no extender el vínculo de Icardi, cuyo contrato vence en 2026.
Sin embargo, otras fuentes dentro del club habrían intentado negociar una reducción salarial —desde cerca de 10 millones de euros por temporada hacia los 8,5 millones—, lo que según el entorno del futbolista había complicado cualquier acuerdo. Por otro lado, versiones alternativas indicaban que el club planeaba iniciar negociaciones para retenerlo a largo plazo, conscientes de su rol de referente histórico en el ataque.
Este tira y afloja contractual —sumado a la escasa comunicación oficial sobre el tema— es lo que alimentó los rumores, que terminaron llegando a Icardi mismo a través de intermediarios.
¿Por qué el enojo de Mauro Icardi?
No es solo una cuestión de plata o cláusulas: según su entorno, los dirigentes del club le recriminaban su recuperación médica de la última lesión, que Icardi había preferido hacer parte en Turquía y parte en Argentina, y su comportamiento fuera de la cancha, con la asistencia a eventos y protagonizando escándalos mediáticos junto a su actual pareja, Eugenia La China Suárez, actitudes que habría molestado puertas adentro.

Desde ese contexto, el rumor de “no renovación” fue interpretado como un guiño deliberado a medios deseosos de titulares fuertes, y el delantero decidió responder. Con su mensaje, no solo desmintió la versión sino que dejó clara su molestia con quienes, en su opinión, se benefician del sensacionalismo.
En ese sentido, el descargo generó un cimbronazo mediático, y puso en jaque los rumores de salida inmediata. Al menos por ahora, Icardi sigue siendo jugador del Galatasaray. Pero el contexto no deja de ser incierto: con su salario alto, su reciente recuperación, y un club que habría buscado otros delanteros, su futuro sigue abierto.
Del otro lado, clubes en Italia como Torino ya habrían empezado a mover fichas para estudiar un posible regreso de Icardi a la Serie A una vez que termine la temporada. Por ahora, en Estambul se respira tensión. Pero Icardi, con su furioso descargo, dejó un mensaje claro: su nombre no será moneda de cambio de rumores.

