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Los 200 trabajadores rechazan el plan de ajuste que pretende imponer la empresa y se mantienen en estado de alerta y movilización. No descartan profundizar el plan de lucha si la firma no revierte la decisión.
Máxima tensión se vive en la planta Esteban Echeverría de Molinos Río de la Plata, tras los anuncios de despidos masivos y recortes salariales, que fueron denunciados por la Comisión Interna de Trabajadores con el respaldo del Sindicato de Trabajadores de Industrias de la Alimentación Regional Buenos Aires (SETIA Buenos Aires).
Los trabajadores aseguran que la empresa de los Pérez Companc -uno de los holding más poderosos del país- busca mantener la producción con menos personal y advierten sobre riesgos para la salud de los trabajadores.
En asambleas, los trabajadores decidieron rechazar la medida empresarial y mantenerse en estado de alerta y movilización en defensa de los 200 puestos de trabajo que actualmente sostienen la planta ubicada en Avenida Santa Catalina 3500, en la localidad de 9 de Abril. No descartan profundizar el plan de lucha si la empresa no retrocede con su decisión.
«Quieren producir lo mismo con menos gente y eso lo pagaremos con hambre de las familias de los operarios despedidos y con la salud de quienes sigan trabajando. No lo vamos a permitir», advirtió Luciano Greco, delegado de la Comisión Interna.
El conflicto comenzó a comienzos de este mes, cuando Molinos Río de la Plata inició una serie de reuniones con grupos reducidos de trabajadores, en las que comunicó informalmente la necesidad de aplicar recortes por una supuesta caída en las ventas. Entre las medidas anunciadas se incluyen despidos y la eliminación de adicionales salariales contemplados en el convenio colectivo.
Además, la Comisión Interna denunció que Molinos no estaría realizando las denuncias correspondientes ante la ART en casos de accidentes laborales, ni reconociendo licencias por enfermedad, lo que agrava aún más el conflicto y vulnera derechos básicos de los trabajadores.
La situación se da en un contexto político nacional que los delegados describen como «antisindical y antiobrero», en clara alusión a las políticas del Gobierno encabezado por Javier Milei.
