En las últimas horas se provocó una polémica en redes sociales luego de que se viralice un video en el que se los ve a Natalia Oreiro y Ricardo Mollo, junto a su hijo Merlín Atahualpa, en medio de un grupo de personas en el barrio porteño de San Telmo. Luego de saludar a muchos de los presentes, y ante la multitud que insistía con las cámaras, eligieron seguir su camino, provocándose luego algún que otro mal entendido en las redes.
Ante los comentarios, la misma actriz uruguaya hizo un descargo desde su cuenta de Instagram con una seguidilla de videos en sus historias: «Hola, ¿cómo están? Bueno, no pensaba pasar por acá para aclarar nada porque me parecía que no era necesario… pero parece que sí. Y como no me gusta la polémica, preferí un poco contar el contexto», comenzó explicando.
Allí detalló cómo fue ese día en ese punto turístico de la ciudad donde paseaban como familia: «Primero y principal, me parece súper importante tener la libertad de decir lo que uno quiere hacer, digamos. Decir que no, no está mal, y no estar disponible para el deseo del otro no es un problema de uno, sino, en todo caso, del otro. Dicho esto, me gustaría un poco contar el contexto. Para los que vieron un video mío y que pedía, por favor, que no siguieran sacando fotos, el contexto era el siguiente. Estábamos con mi pareja y con mi hijo paseando un domingo como cualquier familia, con mi pareja y con mi hijo paseando un domingo como cualquier familia».
A medida que hablaba a la cámara de su celular, la reconocida actriz fue reconstruyendo lo ocurrido y los posibles motivos de la polémica: «A veces me olvido que de repente no somos cualquier familia, pero bueno, me encantaría poder serlo a veces para tener eso, la libertad de poder pasear con un marido. Nos veníamos sacando muchas fotos, muy amablemente como hacemos, siempre que nos cruzamos con gente que nos quiere sacar una foto, dar un beso, decir algo lindo. Y se empezó a juntar mucha gente, mucha gente, y de repente una persona empieza a filmarme muy de cerca sin pedirme permiso, y yo estaba con mi hijo al lado mío, y esa situación para mí fue altamente incómoda, porque no me gusta que lo filmen, no me gusta que compartan fotos de él ni que lo suban a las redes. Es menor de edad y, además, no elige esto«.
Dando cuenta de la situación incómoda relacionada a su hijo, Oreiro contó como quiso marcar un límite: «Entonces, yo le dije que por favor no lo siguiera haciendo, y esa persona me seguía poniendo el teléfono muy de cerca. Y quizás, si vieran el punto de vista que veía yo, había cada vez más gente y mi hijo se va. Si ven detenidamente el video, mi hijo se va caminando para atrás. Y yo, desde que soy mamá, mi prioridad es su bienestar. Incluso, en un lugar donde hay mucha gente en la vía pública, hasta me da miedo de perderlo, no sé, cosas de madre».
«Lo que se vio es eso, yo pidiendo, por favor, que no sigan, porque sino nos íbamos a tener que ir. Mi hijo se va, yo miro a mi pareja y, bueno, me voy. Lamento que nos se haya entendido, lamento quizás si se armó una pequeña polémica. Creo que siempre fui una persona muy agradecida con lo que me tocó vivir e intento obrar en consecuencia a lo que elegí también como medio de vida. Pero eso no quiere decir que yo esté disponible todo el tiempo porque, bueno, también soy una persona común con un trabajo extraordinario», remarcó cerrando la situación vivida.
En ese sentido, reflexionó sobre el final de su posteo: «Me gusta, dentro de lo que se pueda, disfrutar como una familia normal, y cuando estoy con mi hijo no me gusta que me invadan. Es solamente eso. Si no se entendió, lo siento mucho, pero me parece súper importante que se respete eso, digamos, la negativa de alguien a no querer acceder al deseo del otro. Les mando un beso grande y les deseo mucho amor, que es lo que más necesitamos. Más amor, por favor».
