Un nuevo estudio volvió a encender la alarma: diversas infecciones virales, entre ellas el Covid-19, la gripe y el herpes zóster, aumentan significativamente el riesgo de infarto y accidente cerebrovascular.
Según la investigación, publicada en la revista de la Asociación Estadounidense del Corazón, el riesgo de sufrir un infarto se triplica en las semanas posteriores a una infección por Covid y se cuadruplica tras un cuadro de gripe. El trabajo, liderado por el doctor Kosuke Kawai, profesor de medicina de la Universidad de California en Los Ángeles, analizó más de 150 estudios previos.
Aunque los resultados varían según tamaño y metodología, todos apuntan en la misma dirección: las infecciones virales desencadenan procesos inflamatorios que pueden afectar el sistema cardiovascular, incluso mucho tiempo después de la infección inicial.
El hallazgo, que confirma lo que distintos grupos científicos venían observando desde la pandemia, fue recibido con atención por los especialistas argentinos. Tanto infectólogos como cardiólogos coinciden en que la clave está en la prevención: la vacunación, sobre todo en personas con factores de riesgo.
Inflamación, estrés y daño directo al corazón
El infectólogo Eduardo López, profesor de vacunología de la Universidad del Salvador, explica que “se sabe desde hace tiempo que el virus de la gripe puede afectar el corazón, ya sea por acción directa, provocando una lesión en el músculo cardíaco o miocarditis, o por la respuesta inflamatoria que genera la enfermedad”.
Esa inflamación, agrega, “puede dañar tanto el músculo cardíaco como las arterias coronarias, y esto puede ocurrir tanto en la fase aguda como durante la evolución”. En el caso del Covid-19, el mecanismo es similar, aunque con particularidades: “El virus produce una lesión directa en las arterias o en el árbol coronario, provocando endotelitis, una inflamación del endotelio, la capa interna del vaso sanguíneo. Esa lesión puede generar trombos que obstruyen las arterias y derivan en un infarto”, detalla.
La gripe provoca un proceso inflamatorio en todo el cuerpo que puede afectar al corazón.López subraya además que existen otros factores que aumentan el riesgo: el estrés físico de la enfermedad, la presencia de patologías cardíacas previas o el daño residual que puede dejar el llamado Covid largo, un cuadro que en algunos pacientes produce “dolor articular, depresión y también afectación del corazón”.
Por eso, el infectólogo insiste en que las personas que tuvieron Covid o gripe deben realizarse controles médicos posteriores, especialmente si la enfermedad fue grave o implicó reposo prolongado: “Conviene hacer estudios cardiológicos para detectar precozmente si se están formando trombos”.
“El corazón también debe vacunarse”
El cardiólogo Jorge Tartaglione es categórico: “Nosotros decimos que el corazón también debe vacunarse. Existe una relación muy fuerte entre las infecciones virales y los eventos cardiovasculares. Cuando cursás una gripe, se multiplica por seis la probabilidad de tener un infarto agudo de miocardio”.
Durante la pandemia, Tartaglione y su equipo observaron un incremento de los casos de infarto agudo de miocardio en pacientes que habían atravesado infecciones virales, no solo Covid sino también virus respiratorios o herpes zóster. La explicación, sostiene, está en el mecanismo inflamatorio: “La infección genera una reacción inflamatoria perivascular; esa inflamación actúa sobre los vasos y puede provocar una obstrucción que derive en un infarto”.
El especialista advierte que los pacientes cardíacos deben vacunarse porque son más vulnerables a las complicaciones. “Si un paciente con insuficiencia cardíaca no está vacunado contra el Covid, la gripe, el neumococo o el herpes, la probabilidad de descompensación es enorme”, explica.
Las poblaciones más frágiles, añade, son los niños pequeños, por tener un sistema inmunitario aún inmaduro, y los adultos mayores, que sufren una disminución progresiva de la respuesta inmune: “Se produce una fragilidad del sistema inmunitario, y eso aumenta la posibilidad de complicaciones”.
Vacunarse: la mejor forma de prevenir
Ambos especialistas coinciden en que la vacunación es la única herramienta efectiva para reducir estos riesgos. “La vacuna, tanto la de la gripe como la del Covid, disminuye la probabilidad de complicaciones y baja las internaciones. Hay muchísimos trabajos que lo demuestran”, señala Tartaglione.
López remarca que, en Argentina, las vacunas antigripal y contra el Covid están disponibles de forma gratuita para personas mayores de 65 años y para quienes integran grupos de riesgo, pacientes con enfermedades cardíacas, pulmonares, diabetes o inmunosupresión. En el caso del Covid, recomienda aplicarla cada seis u ocho meses.
“El mensaje de esta publicación es clara: la prevención es posible y se logra con la vacunación. No hay otro mecanismo que pueda evitar este tipo de lesiones en el corazón”, resume López. Y Tartaglione lo sintetiza con una frase que, dice, repite a cada paciente que entra a su consultorio: “El corazón también debe vacunarse.”
MG





