Cuando la escritora española Megan Maxwell apareció esta tarde en el escenario de la Sala José Hernández, en el Pabellón Rojo de la Feria del Libro, los aplausos se encendieron junto con la luz. Allgo menos de 500 lectoras la esperaban con la misma ansiedad con la que esperan la salida de cada uno de sus libros.
Megan Maxwell es una reconocida escritora de novelas románticas que vive en un pueblo cerca de Madrid. De madre española y padre estadounidense, ha publicado más de 50 novelas, además de cuentos y relatos en antologías colectivas. Pídeme lo que quieres, su debut en el género erótico, fue llevado al cina por Versus Enterteinment y Warner Bros Pictures España.
Maxwell se sentó junto a su hija, la también escritora Sandra Miró (ya publicó 5 novelas), y comenzó la charla madre-hija. La autora contó que empezó a escribir cuando sus hijos eran pequeños y desde entonces no ha parado: “Cuando me dijeron que iban a publicar mi primer libro, con mi familia y amigos, saltamos como si nos hubiéramos sacado la lotería”, recordó.
Maxwell llegó a la feria a presentar su último libro Una herencia salvaje. Las guerreras Maxwell 10, invitada por la editorial Planeta. Hacía 10 años que no venía a la Argentina.

“Gracias por venir a pasar la tarde del sábado con nosotras”, dijo. Las primeras preguntas las hizo su hija Sandra y fueron en relación a su recorrido, desde su primer libro Deseo concedido, hasta el 10 de las guerreras. “Cuando escribí Deseo concedido, yo no escribía novelas y esa me la escribí para mí, por eso se llama Megan la protagonista y por eso me busqué un churri impresionante, pero nunca me imaginé que iban a venir 10 libros más y que iba a pasar todo lo que pasó y lo que vino después”, dijo la escritora.
Mujeres que toman las riendas
En sus libros, éxito de ventas en España y América Latina, las protagonistas son mujeres que toman las riendas de sus propias vidas y que, aun en las situaciones más difíciles, siguen adelante acompañadas por otras mujeres y por sus amores.

Este nuevo libro trata sobre una de las hijas de la pareja de Megan y Duncan, Amanda McRae. “Siempre me decían mis lectoras, cuándo vas a escribir sobre las hijas de Megan y Duncan y yo les decía, dejénlas que crezcan y ahora ya están en el 9 y en el 10 de las guerreras”.
A pedido de Maxwell, la entrevista fue abierta y fueron tomando la palabra algunas de las lectoras presentes. En todas las intervenciones, aparecía el agradecimiento por sus libros y sus personajes. “Me ayudó en el momento más difícil de mi vida”, dijo una lectora. “Fui capaz de tomar decisiones trascendentales gracias a tus personajes”, dijo otra. “Me encanta que les hayan gustado mis libros, para mí es hermoso escribirlos”, contestaba Megan.
Ante la pregunta sobre cómo había sido volver a la Feria una década años después, la autora dijo: “Es como llegar un poco a casa. Es un país precioso, en el que me reciben con muchísimo cariño”.

“¿Qué proyectos tienes en mente?”, le preguntó su hija durante la entrevista. “Ahora mismo acabo de terminar Nuestro largo adiós que va a salir en España y seguramente después vendrá para acá. Ya estoy escribiendo el que saldrá para Navidad y estoy trabajando con cuestiones de la película y de la serie (que se están viendo en Europa)”, contestó la escritora.
“Tu pluma logró salvarnos, ¿sos consciente de cómo llegás emocionalmente a tus lectoras?”, le preguntó una chica joven.
“A mí me ha llegado a salvar escribirlas, saber que mis novelas las han ayudado a salir adelante o haceros sonreír, para mí es maravilloso. Una chica me dijo una vez que su hermana murió joven y la madre había estado un año sin levantar la cabeza y un día llegó y la encontró riendo a carcajadas porque estaba leyendo uno de mis libros. ‘Ese día volvió a ser mi madre, después de un año’, me dijo”, contó Maxwell.
Pero también recibo cosas feas, dijo la escritora: “Como un correo de un señor que me ha dicho: gracias a tu literatura de mierda, mi mujer se ha empoderado y me ha pedido el divorcio, así que la manutención se la pagarás tú. Por supuesto no le respondí”, dijo entre risas.

Un club de lectura terapéutico
Durante la charla, contó que había recibido también el mensaje de una lectora para la que sus libros fueron un bálsamo mientras recibía un tratamiento de quimioterapia: “Hasta habían hecho un club de lectura con mis libros. Me siento muy contenta por eso”.
En relación a sus fuentes de inspiración, la escritora dijo que son la vida cotidiana y la música y, por supuesto, sus lectoras. “Saber que lo que escribo les da fuerzas para tomar las riendas de sus vidas es lo que me alienta a seguir; si las protagonistas de mis novelas pueden, por qué no van a poder mis lectoras. Mi madre me enseñó todo esto. Si no lo intentamos nunca sabremos si podemos o no. Saber que les doy fuerza, es hermoso, sepan que ustedes también me dan fuerzas a mí, sino cómo haría para escribir 3 libros por año”, dijo Maxwell.

“Yo siempre le digo a Sandra (su hija) que tenemos la posibilidad de hablar de muchas cosas que incomodan, sobre todo en lo referente al poder de las mujeres porque estamos en el siglo XXI”, agregó.
El encuentro no solo fue emotivo por la relación de la escritora con sus lectoras, también tuvo mucho humor: “Cuando empezaron a reconocerme por la calle tuve que empezar a peinarme porque yo siempre salía con una coleta y con mis hijos a las corridas para llegar a la escuela. Ahora tengo que salir de casa peinada, me decía. O me encontraba con alguien en el supermercado y me decían, eres Megan, no te esperaba comprando en el supermercado y yo les decía: yo también tengo que comer y las fotos salían con un pollo detrás”.
En sus palabras: “He pasado de un trabajo en donde me echaban siempre la bronca porque trabajaba en multas de tránsito, a otro en donde me dicen: Megan me has ayudado en mi vida. ¡Es una pasada!”.