Anuncia la cantante Melody que hablará este lunes (16.00h.) en rueda de prensa sobre lo suyo en Eurovisión. Habrá más periodistas atentos que en las ruedas de prensa vejatorias (género nuevo) del sádico presidente Trump en la Casa Blanca. La rueda de prensa de Melody confirmará que el público no se cansa de la polémica de Eurovisión, que debiera en lo sucesivo denominarse Israelvisión, pues ya sabemos quién paga y quién agita (embajadas mediante) y moviliza el televoto. Supongo que en coherencia con la autoreferencial letra de Esa diva , su canción, Melody no culpará a terceros de su pobre clasificación en la tabla del festival y será “valiente, poderosa” y asumirá toda su responsabilidad, legítimamente orgullosa de su entrega en la interpretación y también de sus previos acuerdos con directivos de TVE para retocar su canción (tras ganar el Benidorm Fest) y su escenografía de cara a Eurovisión. Seguro que dirá esto, pues “una diva no pisa a nadie para brillar con más fuerza que un huracán”. Seguro que se declarará corresponsable como coautora de todo lo que vimos, porque además ella (y todos los cantantes que van a Eurovisión desde 1968) ha tenido en todo momento la opción de hacer lo que ya hizo el gran maestro Joan Manuel Serrat: borrarse y quedarse en casa. Concursar en el Festival de Eurovisión no es, ciertamente, ningún chollo.
Seguro que la cantante será “valiente, poderosa” y en su rueda de prensa no culpará a TVE, con la que acordó todo
‘WEISS&MORALES’. He visto el primer capítulo de la miniserie (cuatro episodios) de TVE Weiss&Morales (La 1, viernes noche): me cuesta entender que a estas alturas pueda facturarse una historia tan anodina a costa de policías y ladrones. Miguel Ángel Silvestre es el tal Morales, investigador de la Guardia Civil que debe aclarar el asesinato de un alto ejecutivo de una plataforma petrolífera alemana en las islas Canarias, junto a una joven agente de policía teutona, guapita de cara, la tal Weiss (Katian Fellin, actriz germana). Qué inmensa pereza, disculpadme. La acción es vacua e ininteligible, absurda y huera, en escenarios de Gran Canaria y Gomera. Deduzco que el rodaje de esta insulsa historia ha contado con ventajas financieras a costa de la consejería de Turismo de las Afortunadas. Los paisajes son variados y llamativos. Siempre he apreciado los exteriores en series.., y las Canarias son preciosas. Pero… ni así, ¡ni así! – @amelanovela