El discurso de odio ya no existe en Facebook. Y no porque las redes hayan sufrido un giro radical para convertirse en un espacio de debate sano y constructivo. La explicación es más simple: Zuckerberg ha eliminado el concepto de las Normas comunitarias de Meta —tanto de Facebook como de Instagram o Threads— para sustituirlo por “conducta de odio” y ha abierto la puerta a descalificaciones, generalizaciones despectivas o insultos por grupo, género u orientación sexual en para seguir la estela del “debate político”.
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