CIUDAD DE GUATEMALA (AP) — Un grupo de ciudadanos mexicanos cruzó la frontera hacia Guatemala en busca de refugio debido a la violencia que azota a sus territorios, confirmaron autoridades de la nación centroamericana el jueves. Es el segundo caso en poco más de un año, luego de que en 2024 otro contingente de personas huyó de sus comunidades limítrofes debido a las incursiones del crimen organizado.
El Instituto Guatemalteco de Migración confirmó el jueves a The Associated Press la presencia del nuevo grupo de mexicanos, esta vez ubicados en la comunidad de Guaila, en el municipio de la Democracia en el departamento fronterizo de Huehuetenango.
La Dirección de Comunicación del Instituto de Migración dijo que aún no se ha confirmado el número exacto de las personas que buscaron refugio y que agentes de la entidad van en camino a realizar una visita al territorio, pero que se cree alcanzan a un centenar.
Las personas han sido recibidas y albergadas por familias guatemaltecas y proceden de la Ciudad de Cuauhtémoc, en el estado mexicano de Chiapas, indicó la dependencia.
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En 2024, el gobierno de Guatemala otorgó estatus de refugiados a unos 210 mexicanos que entraron al país procedentes de varias comunidades del municipio de Amatenango de la Frontera, Chiapas, que salieron de su país entre disparos y dejando sus pertenencias y animales por enfrentamientos entre grupos del narcotráfico que se disputan el control de la zona.
Durante una reunión de seguridad denominada «Mesa de Paz» realizada el jueves en la frontera con Guatemala y en la que participaron representantes de las Fuerzas Armadas, las autoridades de Chiapas reconocieron brotes de violencia, pero negaron el desplazamiento de civiles.
«Somos un gobierno transparente, si hubiera algo nosotros mismos lo haríamos saber a la población, pero hasta hoy no tenemos desplazamiento forzado», aseguró el secretario de Seguridad chiapaneco, Óscar Aparicio Avendaño, y agregó que se mantiene un fuerte despliegue policial en esa región fronteriza.
Por su parte, el fiscal general de Chiapas, Jorge Luis Llaven Abarca, admitió el resurgimiento de la violencia, pero dijo que es producto de la criminalidad de antaño.
«Tenemos algunos brotes de violencia aquí en Comalapa… lo estamos atendiendo, pero ya no es el contexto generalizado», señaló durante su intervención en el encuentro de la llamada «Mesa de Paz».
La semana pasada fueron asesinados en esa localidad dos hermanos — entre ellos una autoridad comunal — de un exalcalde.
Según informes militares hechos públicos, en Frontera Comalapa inician dos de seis rutas que las autoridades han identificado como utilizadas por el crimen organizado para el trasiego de drogas, armas y migrantes hacia México y los Estados Unidos.