La angustia de una madre encontró una respuesta inmediata en la Comisaría 33.ª de Allen, donde una bebé que había dejado de respirar logró ser reanimada a tiempo gracias a la rápida intervención de un efectivo policial. El hecho ocurrió en la tarde del lunes y puso en evidencia la importancia de la capacitación en primeros auxilios dentro de las fuerzas de seguridad.
Todo comenzó cuando la mujer, en medio del pánico, advirtió que su hija de pocos meses no reaccionaba y había dejado de respirar. En desesperación, salió corriendo hacia el edificio policial más cercano, con la esperanza de conseguir ayuda en cuestión de segundos.
Las maniobras de RCP fueron clave
Apenas ingresó al predio, uno de los policías tomó a la pequeña en brazos y comenzó a realizar maniobras de RCP pediátrico. La beba logró expulsar flemas y recuperó la respiración, mientras el resto del personal pedía una ambulancia y habilitaba el traslado urgente al hospital Ernesto Accame.
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El móvil policial se convirtió en el puente entre la desesperación y el alivio. Durante el recorrido hacia el centro asistencial, el personal continuó monitoreando a la niña, que de a poco recuperaba el color y el llanto, una señal vital que trajo esperanza dentro de la tensión.
Al llegar al hospital, los médicos confirmaron que la bebé estaba fuera de peligro y quedó al cuidado del equipo de salud para completar los estudios necesarios. La rápida maniobra fue determinante para evitar una tragedia, ya que en estos casos cada segundo cuenta.





