Lamentablemente lo que se está mostrando es que ese incremento tiene que ver en gran medida por conflictos que hay entre maras y pandillas, explicó el titular de la cartera del Interior, en conferencia de prensa.
Esto es debido a un reajuste que están buscando precisamente en la ocupación del territorio, particularmente en esta capital donde existe el interés de tomar el control del narcomenudeo, amplió el funcionario.
Sobre todo en zonas como la uno y otras áreas de importante aglomeración de personas, subrayó Jiménez en el espacio La Ronda desde el Palacio Nacional de la Cultura, sede del Gobierno.
Advirtió sobre un ascenso de homicidios de mujeres, esto –detalló- porque representan casi el 60 por ciento de la población, además ya no son solo amas de casa, sino trabajadoras y se mueven por ciertas áreas, lo cual las convierte en vulnerables.
Remarcó la reacción rápida de las fuerzas del orden ante determinados acontecimientos, dentro de los cuales ejemplificó con un enfrentamiento armado ocurrido la víspera en Bárcenas, municipio Villa Nueva, de esta urbe, en el cual pudieron capturar a uno de los delincuentes.
El ministro precisó que siguen circulando muchas armas en este territorio centroamericano, en donde se pueden adquirir fácilmente y entre el 82 al 90 por ciento de los homicidios son con ellas.
Consideró necesario aplicar eficientemente la Ley para su control, que no significa violar los derechos constitucionales de portación y de tenencia, sino promover el uso responsable.
El país registró 779 homicidios en los tres primeros meses de 2025, una subida del 32 por ciento contra la cifra de igual periodo anterior, señalaron medios de comunicación locales.
Lo que llama la atención es que en el departamento capital las muertes violentas subieron 69 por ciento, enfatizó el analista del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales Walter Menchú.
Exhortó a las autoridades a implementar acciones para controlar los niveles de violencia, porque podrían continuar en aumento.
Después de poco más de 15 meses de la administración de Bernardo Arévalo, se mantiene como un reto a superar la inseguridad (asaltos, ataques armados, entre otros) en las calles de Guatemala.
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